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martes, 19 de noviembre de 2013

San Juan Crisóstomo




San Juan Crisóstomo forma parte de “los padres de la iglesia “, configura la teología y espiritualidad oriental, nació en el imperio bizantino. Arzobispo, de modo  obligado de Bizancio, el orador más elocuente de todos los Padres de la Iglesia, nació en el año 344 y murió en el 407. Gobernaba muy bien a su diócesis, los que están en el poder no se atrevían a contradecirlo, y catequizaba al pueblo. Muere en el destierro, por haber dado un sermón en contra de la emperatriz Eudoxia, y haber predicado contra unos juegos impuros, muere en las afueras Armenia, de Arabisa, y en el desierto de Pitias, se coloca su manto blanco y  recibe la santa comunión. Sus obras principales son: “Comparación de un rey y un monje”,”Libro de la Virginidad”, “Tratado de la Providencia.”
San Juan llamado por su elocuencia, el Crisóstomo (boca de oro) nació  de padre ilustre en Antioquia. Aprendió las  ciencias humanas nuevas en Atenas, y la sabiduría divina en el retiro monacal,  y en el encerramientote una cueva, donde por espacio de dos años, hizo  penitencia  muy rigurosa. Ordenóse sacerdote, en Antioquia,  y cuando el obispo Flaviano, imponía las manos sobre él, vióse una paloma blanca, que volando vino a posar sobre él. Encomendáronle el ministerio de la divina palabra, y fue tal asombrosa la virtud de su predicación, que en breve se reformo aquella populosa ciudad. En esto quedó vacante la silla de Constantinopla y todos pusieron su mirada en Juan Crisóstomo.  Comprendiendo el emperador Arcadio que Crisóstomo se disponía a huir, ordena al gobernador de Antioquia que lo trajera  a la fuerza y que lo llevara directamente a Constantinopla. Fue consagrado obispo y patriarca, sin embargo la semblante de la corte cambia porque Crisóstomo es honesto, recorre los pueblos de Fenicia, Escitas, y los Celtas combate a los Eunomianos, Arriano, Montanistas, extendiéndose su episcopado a las tierra de Tracia, del Asia y del Ponto, que eran veintiocho provincias eclesiásticas.
Reflexión: El Señor eligió desee el vientre materno a este siervo humilde servidor del evangelio, nos deja una carta “si estáis encarcelados, encadenados, y encerrados por no consentir a la maldad  alegraos y regocijaos, y coronaos de fiesta , pues por ellos tendréis copioso galardón del Señor que también nosotros estamos consumidos y hemos pasado numeroso géneros, de muertes , y mayores miserias de los que trabajan en las minas y están detenidos en las cárceles, Llegando a Cesarea he tenido por gran regalo el beber un poco de agua limpia y comer un pedazo de pan que no fuese duro ni oliese mal”.
Oración: Suplicámoste, Señor, que la gracia celestial dilate cada día mas la santa iglesia, que te dignaste ilustrar con los gloriosos merecimientos y con la doctrina del bienaventurado Juan Crisóstomo, tu confesor y pontífice  Por Jesucristo, nuestro Señor Amíñ.
Lectura: De las homilías de san Juan Crisóstomo:
(Homilía antes de partir al exilio, 1-3: PG 52, 427-430)
Para mí la vida es Cristo:
Muchas son las olas que nos ponen en peligro, y una gran tempestad nos amenaza; sin embargo no tememos ser sumergidos porque permanecemos de pié sobre la roca. Aun cuando el mar se desate, no romperá esta roca, aunque se levanten las olas, nada podrán contra la barca de Jesús. Decidme, ¿qué podemos temer? ¿La muerte? Para mi la vida es Cristo y la muerte una ganancia. ¿El destierro? Del Señor es la tierra y cuanto la llena. ¿La confiscación de los bienes? Nada trajimos al mundo; de modo que nada podemos llevarnos de él. Yo me río de todo lo que es también de este mundo y de sus bienes. No temo la muerte ni envidio las riquezas. No tengo deseos de vivir, sino es para vuestro bien espiritual. Por eso os hablo de lo que sucede ahora exhortando vuestra caridad a la confianza.
¿No ha oído aquella palabra del Señor? : Donde dos o tres estén reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos ¿y allí donde un pueblo numerosos esta reunido por as lazos de la caridad ¿no estará presente el Señor? el me ha garantizado su protección , no es en mis fuerzas que me apoyo. Tengo en mis manos su palabra escrita. Éste es mi báculo, ésta es mi seguridad, éste es mi puerto tranquilo. Aunque se turbe el mundo entero, yo leo esta palabra escrita que llevo conmigo, porque ella es mi muro, y mi defensa. ¿Qué es lo que ella me dice?  Yo estaré siempre con vosotros hasta el fin del mundo.
Cristo esta conmigo, ¡que puedo temer? Que vengan a asaltarme las olas del mar y la ira de los poderosos; todo eso no pesa mas que una tela de araña. Si no me hubiera retenido el amor que os tengo, no hubiese esperado hasta mañana para marcharme, En toda ocasión yo digo: “Señor, hágase tu voluntad: no lo que quiere éste o aquél, sino lo que tu quieres que haga.” Este es mi alcázar, este es mi roca inmovible, esta es mi báculo seguro. Si esto es lo que quiere Dios, que así se haga. Si quiere que me quede aquí, le doy gracias. En cualquier lugar donde me mande, le doy gracias también.
Además donde yo esté estaréis también vosotros, donde estéis vosotros estaré también yo: formamos todos un solo cuerpo, y el cuerpo no puede separarse de la cabeza, ni la cabeza del cuerpo. Aunque estemos separados en cuanto al lugar, permanecemos unidos por la caridad, y ni la misma muerte será capaz de desunirnos. Porque, aunque muera mi cuerpo, mi espíritu vivirá y no echará en olvido a su pueblo.
Vosotros sois mis conciudadanos, mis padres, mis hermanos, mis hijos, mis miembros, mi cuerpo, y mi luz, una luz más agradable que esta luz material. Porque,  para mi  ninguna luz es mejor que la de nuestra caridad. La luz material me es útil en la vida presente, pero vuestra caridad es la que  va preparando mi corona para el futuro.
                                                                                                              2 Tim 2. 9-10; Sal 26, 1
Responsorio.
R Por la difusión de Evangelio, sufro hasta ser encadenado como un malhechor , pero la palabra de Dios no esta encadenada; por eso todo lo soporto por los elegidos.
v.  El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quien temeré?
R. Por eso todo lo soporto por los elegidos.
Laudes
Oración e la mañana.

Himno sacro los ángeles te cantan.
Príncipe augusto y celestial doctor;
al cielo se une nuestro ardiente canto.
Himno de amor.
De tu áurea boca la palabra fluye
En tranquilo o rugiente manantial que al vicio azota y la virtud irriga,
siembra la paz.
Egregio apóstol, émulo de Pablo,
Hecho todo a todos por amor;
Irradia en todos tu virtud y ejemplo
Paz y fulgor

No te doblega el mudo ni el imperio,
 Con tu fuerza, su gloria o esplendor;
Te da el exilo palma de victoria,
mártir de Dios.
 El murmullo melifluo de tus ruegos
Nos eleve hasta el trono del Señor
Contigo cantaremos sus grandezas

Himnos a Dios. Amén.  

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