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jueves, 16 de mayo de 2013

Una mirada del Archieparca Francisco De la Caridad en la antropología de la Antigua Alianza





Los tres capadocios nos enseñan la importancia del amor aliancista, su predicación y la relación con la misericordia 
San Atanasio, se destaca en su labor pastoral entre la búsqueda de la acción en la contemplación;  San Basilio fue hombre de acción y celador de almas; San Gregorio de Nacianzo, maestro de oratoria y poeta.

El Papa Francisco pregona ese amor directo que surge del manantial de la fe carismática 

Una mirada del  Archieparca Francisco De la Caridad en  la antropología de la Antigua Alianza,
(Parte de la Monografía presentada al instituto  del profesorado San Pío X) 
Recopilador Fr + Estephanos 


1.     Relación con Cristo:
a) Sobre el encuentro personal con el Creador: Francisco De la Caridad alecciona una experiencia de fe en Dios, obrando a través de los principios eternos del Santo Evangelio. El cristiano ortodoxo siente la compañía de la Gracia de Dios, al practicar y aplicar los mandamientos  especialmente la Nueva Alianza de amor en el nombre de Jesucristo. En donde quiera que se establezca la Santa Iglesia surgirá un nuevo medio, una nueva oración, que demostrará que el Cristianismo no es una teoría de un sistema o escuela, sino vida y experiencia en el resplandor del dulce rostro del Señor Jesucristo, que se hizo hombre. El Archieparca Francisco De la Caridad de volver a  una ética de necesidad, este carisma es un don, gracia regalo, es una construcción de Reino de Dios.
b) La gente quiere paz, la evangelización se basa en la Santísima trinidad y en la Encarnación del Verbo, la verdad existe por lo tanto la Encarnación existió, este es el axioma que se predica en la comunidad de San Vicente. El que mas o  menos se empobrece en la economía del Reino, en  la lógica del Evangelio, se limita el horizonte de vida,  se entierra el talento en la tierra y los bienes se pierden.
Descubrimiento: hay gozo en el Señor, el amor es talento servicio,  el que mas da menos se empobrece.
c) Dios llama a  su pueblo, queriendo decir que “Todos los pueblos me rodeaban, en el nombre del Señor los rechacé” (Sal 117:10). Cuando oigan hablar de la virtud, no se asusten ni la traten como palabra extraña. Realmente no está lejos de nosotros ni su lugar está fuera de nosotros; no, ella está dentro de nosotros, y su cumplimiento es fácil camino y cruzan el mar para estudiar las letras; pero nosotros no tenemos necesidad de ponernos en camino por el Reino de los cielos ni de cruzar el mar para alcanzar la virtud. El Señor nos lo dijo de antemano: “El reino de los cielos está dentro de nosotros y brota de nosotros.” La virtud existe cuando el alma se mantiene en su estado natural. Es mantenida en su estado natural cuando queda cuando vino al ser. Y vino al ser limpia y perfectamente íntegra (Ecl 7:30). Por eso Josué, el hijo de Nun, exhortó al pueblo con estas palabras: “Mantengan íntegro sus corazones ante el Señor, el Dios de Israel” (Josué 24, 26); y San Juan Bautista: “Enderecen sus caminos” (Mateo 3,3). El alma es derecha cuando la mente se mantiene en el estado en que fue creada. Pero cuando se desvía y se pervierte de su condición natural, eso se llama vicio del alma.  Francisco De la Caridad siempre repite las palabras de Abba Silvano "Jamás dejé penetrar en mi corazón un pensamiento que atrajera la cólera de Dios".
            Francisco De la Caridad como fundador de la Hermandad de los Nazareos, pregona la practica del amor, desde la fe cimentada en la actividad apostólica, fiel a las reglas de San Pacomio y en armonía con la santa Iglesia Ortodoxa Bielorrusa Eslava


el Hermano Mayor Francisco de la caridad, Archipreste Mitrado  Arcadio y Teofano, eparca coadjutor 
Nuestros obispos fieles a la practica asidua de la meditación,  la finalidad es acercarse  a la presencia de Dios 

2. La Alianza con Dios
a) El  pacto con Dios da seguridad y certeza. Exige el proceso de pasar el desierto. La caminata en el desierto reclama la purificación interior para solo nuestro bien. Een las sentencias del abba Moisés a al abad Pem enioDijo un anciano: «Si das a alguno un consejo de vida eterna, dáselo con lágrimas y compunción. En caso contrario no se lo des, no sea que resulte inútil apresurándote a salvar a otros con palabras ajenas. Pero al impío Dios le dice: "¿Qué tienes tú que recitar mis preceptos, y tomar en tu boca mi alianza?" (Sal 50,16). Di pues: "Soy un perro. Aún más, el perro es mejor que yo, pues ama a su dueño y no será llevado a juicio"».
  La Ortodoxia se ha cumplido la venerable labor de conjugar majestuosamente la autoridad de Dios y la libertad del hombre en la elaboración  de las enseñanzas  y reglas canónicas. Esto aplica incluso al universo,  asumiendo la gran tarea de, en la historia, mantener el equilibrio entre la autoridad y la libertad; la unidad y la autonomía local: "La unidad y la variedad" imagen de la Santa Trinidad, que siendo un solo Dios, hay en ella Tres Personas.
El significado de  “mundo” posee   tres acepciones:
·        Cosmos, como mundo, naturaleza.
·        A la personas como hijos de Dios, somos ofrenda constante ante al Altar del incienso.
·        Hombre y mujeres opuestos al Evangelio
La inteligencia la voluntad, la libertad son facultades  operativas del alma, entrenar la voluntad nos da pie para el formar en el terreno en la práctica, la constancia, ser voluntarioso al ser prudente y  moderando la libertad interior de lo alto y confirmado por el director espiritual y la comunidad, nos da pie para como dice San Pablo en  1 Cor 12, 31 el carisma mayor es el amor. 
 El Archieparca Francisco De la Caridad enseña la importancia de la comunión con Dios, 11. Un sacerdote de una basílica acudió a la celda de un anacoreta para celebrar  la Eucaristía y darle la comunión. Vino luego uno a visitar al ermitaño y le habló mal de aquel sacerdote. El eremita se escandalizó y cuando, según costumbre, vino para celebrar la eucaristía no le quiso recibir. Al ver esto el sacerdote se marchó. Entonces el anacoreta oyó una voz que le decía: «Los hombres se han adueñado de mi facultad de juzgar». Y en un rapto vio un pozo de oro y un cubo de oro y una cuerda también de oro y el pozo contenía un agua estupenda. Vio también un leproso que sacaba agua y la echaba en un vaso. El anciano deseaba beber, pero no podía porque el que sacaba el agua era un leproso y no se atrevía.
Oyó de nuevo la voz que le decía: «¿Por qué no bebes de ese agua? ¿Qué importa que las saque un leproso? El solamente llena el cubo y lo vacía en el vaso». Volvió en si el eremita, reflexionó sobre el significado de esta visión, llamó al sacerdote y le pidió que celebrase la eucaristía como hasta entonces. (capitulo IX)
3. Oración
a)  La llave es la oración: no hay hombre más alto que el que pide de rodillas. Dios necesita por nosotros mismos, de la oración para confiar  en  nosotros. Es la manera de mostrar el amor a Dios por su derecho y el don que nos da. Las reglas de los Santos Padres hacen recta la conciencia moral del hombre y su visión de si mismo e indican qué y cómo pedir al Señor, como creer, como cumplir la penitencia y como educarse espiritualmente. 
b) En las Actas  de los Apóstoles 15, 21 esta escrito: “Porque Moisés desde tiempos antiguos tiene en cada ciudad quien lo predique en las sinagogas, donde es leído cada día de reposo.” Los Padres de la iglesia implican la importancia de la misión de la evangelización tomando siempre el  centro  la Liturgia. La visión de Dios debe ser nuestra visión.
c) En el Evangelio según San Juan 6, el suceso milagroso de la multiplicación de los peces y panes, notamos una anticipación del agradecimiento en La Liturgia.
d) En la carta a los Romanos  8, 16-17 dice: “El Espíritu mismo da testimonio a nuestro espíritu, de que somos hijos de Dios. Y si hijos, también herederos; herederos de Dios y coherederos con Cristo, si es que padecemos juntamente con él, para que juntamente con él seamos glorificados.” Vivían en una misma celda dos frailes bastante conocidos por su humildad y paciencia.
Poco a poco, pasando los años, habían acomodado su nido eremítico de una manera perfecta.
La celda la habían hecho de mimbres y toda pintada; alrededor habían hecho un hermoso huerto con riachuelos de agua que venían de un manantial cercano, los cuales lo mantenían fresco todo el año y con tantas hortalizas y frutos que podían regalarle a los otros ermitaños. No faltaban ni siquiera pequeños macizos de flores y de hierbas olorosas que servían para adornar el pequeño altar del oratorio. Un día un viejo monje, que había oído hablar de las grandes virtudes de estos dos hermanos, quiso cerciorarse en persona:"Iré a ver", dijo, "si es oro todo lo que reluce".Recibido con mucha reverencia y hecha oración, pidió ver el jardín."Venga, venga", dijeron los dos, y lo acompañaron. "Bello, bello" decía el viejo arrugando la nariz: "Demasiado bello para unos eremitas...". Y, tomando un bastón, se puso a zarandearlo con gran furia a diestra y siniestra, golpeando las berzas, la ensalada, los pepinos, las flores. Parecía enloquecido. Los dos estaban allí, con los brazos cruzados, mirándolo, y apenas tuvieron el aliento para decir:
"¡Oh Dios!", pero no añadieron otra cosa. Más tarde, arrojados a los pies de aquel santo Padre que, mientras tanto, se había sentado a la sombra a secarse el sudor, le dijeron: "Padre, si te agrada, iremos a recoger algo de aquella berza que ha quedado, y así la coceremos y la comeremos los tres juntos". El viejo no creía lo que estaba viendo: todo admirado, los abrazó y dijo:
"Doy gracias a Dios, porque verdaderamente el Espíritu de Dios que es paciente habita en vosotros" De los Apotegmas de los Padres del desierto (Austeridad- Paciencia)
Vivir para el Santo Evangelio, allega a sus amigos. Es testimonio vivo, entre lo que se dice  y hace. Esto está en armonía con el espíritu corporativo eclesial, en  1 Cor 14, 40: “pero hágase todo decentemente y con orden.”
Dios Hijo hace y obra, la iniciativa es imitar a Cristo. Todos ocupan ciertas posiciones y trabajan para el bienestar de la Iglesia. Todos son animados por el mismo principio de vida espiritual, la misma Fe y la misma moral, como medios de santificación y comunión con Dios.
e) En el 2 º libro de Reyes, en el manto de Elías,  significa poseer la cobertura y autoridad, en su caso como profeta, que guía y toca, con el permiso de Dios. Nosotros tenemos la marca e iluminación desde el bautismo. En el capítulo XV de la humildad párrafo 74,  Decía un anciano: «Si uno da una orden a un hermano con humildad y temor de Dios, esta palabra pronunciada por amor de Dios dispone al hermano a someterse y a hacer lo mandado. Pero si uno da una orden a un hermano sin temor de Dios, sino para hacer sentir su autoridad y como manifestando su dominio, Dios, que ve los secretos del corazón, no permite que el hermano entienda y haga lo que se le manda. Porque aparece muy claro cuando algo se  manda por amor de Dios, y cuando se manda de manera autoritaria por propia voluntad. Lo que es de Dios se manda con humildad y en forma de ruego. Lo que se manda con dominio, con irritación y brusquedad, procede del maligno». Nuevamente la vida espiritual es con un servicio Eliseo con Elías en la práctica de los principios de honra sin la baja autoestima
Podemos ver por este Padre del desierto la composición del pensamiento del que ejerce su autoridad lo hacer con paternidad espiritual, la obediencia es ser llevado o conducidos a la estatura del varón perfecto, esto es una ofrenda constate, domar esa actitud ese temperamentos, nos convierte en hijos de Dios, somos sacerdotes.

En la 1 Carta a los Tesalonicenses 5, 24:   “Fiel es el que os llama, el cual también lo hará.” En 1 Cor 13, 10más cuando venga lo perfecto, entonces lo que es en parte se acabará.” Nuevamente la fidelidad va de la mano con lo completo. No ser como Absalon en o personal el dividía si la protección de la cobertura espiritual . La clave es formar y capacitar en la obediencia y sujeción apostólica siendo respaldado y honrado en el tiempo de Dios
San Pablo en su 2 carta a San Timoteo 2, 23 dice que : Pero desecha las cuestiones necias e insensatas, sabiendo que engendran contiendas”. Notamos la preocupación del santo  de apremiar en imitar las cosa espirituales, en reformar y afirmar y renovar  la enseñanza ortodoxa. 

La comunión de Iglesias, Espíritu Santo y unidad.






La Comisión Directiva de la Comunión de Iglesias de Tradición Católica año 2013:
Con los obispos, Mons. Juan Carlos Urquhart de Barros, Mons. Fray Domingo María Faúndez Millar y su presidente, S.E.Rev Mons. Sergio Ricardo Rojas




Las autoridades presbiterales ante  La Divina Liturgia 

La Santa Iglesia Ortodoxia en la búsqueda del papel del protos,  acepta con solicitud todo aquello que suma la salvación de las almas, el hecho de entender mejor el mensaje de recepción y transmisión eclesial, sobre todo el papel importantísimo de los  laicos comprometidos en la administración de las redes sociales,  para esparcir,  el catecismo de la Iglesia. Importante es estar agradecido por poder siempre confiar  en la divina Providencia.
Pidamos al Señor que todo lo puede, que bendiga nuestro andar en este camino hancho por momentos y angosto en otros, hasta llega a la puerta y poder entrar, esas puertas que con inteligencia propia, con dinteles que responden sólo al Creador.
En nuestra calidad de cristianos siempre recordemos que seremos juzgados por la cantidad de amor que hayamos ejercido, Dios actúa en nuestra debilidad para hacer su voluntad. El Señor nos habla desde la dinámica del la Santa Iglesia Ortodoxa, que no es estática, es viva dinámica que busca constantemente que es lo que pide el Creador. Digámosles siempre  al Señor un buen día, gracias por todo te deseo un buen día. Este el  amor misericordioso del Padre que siempre espera a los dos hijos,  el pródigo y el desconforme. Dios es Padre, Rey y Señor nos invita a su mesa y ese amor que esparce desde la Cruz del Calvario es un amor aliancista, el centro de la Nueva Alianza.
El principio rector que da lugar a la pertenencia, es la fraternidad es compartir lo común y tener para cada día metas claras y factibles preguntando cada día cual es la voluntad de Dios. Esto nos da la seguridad  de la pertenencia, del movimiento u orden, reflejando la imagen del Jesús, en el carisma de la Orden Franciscana Seglar, Milicia inmaculada, Legión de María, etc,  colaborando y participando siempre en las parroquias.
                                                                         Estephanos


El Otorgamiento


El otorgamiento.
El ágape, amor de principio y sacrificial en la comunidad cristiana
(primera parte) 
                                          Por Estephanos, colaborador
Introducción:
En el encuentro con Dios, al realizar la creación de la nada, su obra obedeció instantáneamente. La Madre Angélica fundadora de los franciscanos de la Verdad Eterna dice que: “somos una raza extraña”, nos cuesta ver a Dios, y no nos contentamos, sólo vemos lo que queremos. Desde hace miles de años, los intentos del humano de aceptar la voluntad de Dios a fracasado. Hay antecedentes de personas de buena voluntad que buscaban al Dios verdadero, en un monoteísmo alejado de lo mágico, por ejemplo el faraón….y personas que incluso predicaban en Roma, en Jerusalén  con una doctrina mezclada con lo esotérico y gnóstico. Incluyo las leyes civiles tiene su origen en los fines esenciales del hombre es decir inscrita en la conciencia, en el cumplimiento moralmente obligado. Estos fines han sido señalados al hombre por su Creador. Le son dados con su naturaleza y se le ha de pedir cuenta por Dios de cómo los haya cumplido: por ello puede decirse que el derecho tiene, en último término, su origen en Dios. En la 1 carta de San Pablo a San  Timoteo  capitulo 5, versículo 6, se utiliza la palabra “thnesko” que metafóricamente denota pérdida de la vida espiritual. Para evitar ese deterioro, contamos con la ayuda de los sacramentos, en especial la Divina Eucaristía.
Nótese que el fin es aceptar la voluntad de Dios, que es lo que mas nos conviene, para nuestro beneficio e instrucción y vida de bendición, el adorar a Dios es un fin en si mismo y es inseparable de la alabanza y adoración.

                           El Dios que se hace cercano a nosotros y se deja atrapar 

En el amor del antiguo testamento El Dios que exige devoción exclusiva y es dueño de un pueblo en este caso Israel, el mas pequeño e indefenso, les ofrece  un código de ley,   un ayo, para saber en como deben actuar   en manos de Moisés. Ahora con la autoridad de caudillo y conductor,  Dios lo acentúa en la protección de  la más alta moralidad al establecer el Decálogo: El es Santo, y exige santidad, además de ejercer la caridad al forastero, a la viuda, incluso a los animalitos que pastaban, esa caridad exige que no  tendría que haber pobres en Israel. Eso es recuperar el  "ethos", lo fundamental de la enseñanza de Cristo, esto es: la ética del amor, predicada por Francisco De la Caridad
En la Nueva Alianza, se resalta por  la Encarnación del Verbo, el amor de misericordia,  que abraza, el amor es  sacrificial, donado y dado por generosidad del Padre, ese Dios que no se cansa de perdonar y que nos imprime en nuestra conciencia la ley moral natural para saber lo bueno de lo malo. La obligación de amar a nuestros semejantes como a nosotros mismos, porque están hechos a imagen de Dios, va más allá, tomando en cuenta el destino eterno de la persona humana, sólo así se cumple la verdadera justicia divina, observando el Reino de Dios y sus santas obras, y lo demás viene por consecuencia, (Comparece  con San Mateo 6,33 y San Juan 15,12-14) superando al antiguo pacto, cuyas leyes están  fundadas meramente en la naturaleza óntica (que se refiere al ente mismo del hombre), del hombre, cuya exigencia se satisface dando o restituyendo a cada uno lo suyo. Aquí la justicia es  sin caridad, es retributiva. Sin embargo Cristo  deja, no una sugerencia, sino un “mandamiento” y  es “nuevo” en el sentido  del amor al prójimo, con la “parábola en acción” del lavatorio de los pies, les  enseñase la caridad.
   Y este mandato de Cristo es “nuevo,” porque no es el amor al simple y exclusivo prójimo judío, cómo era el amor en Israel (cf. Lev 19:18), sino que es amor universal y basado en Dios: amor a los hombres “como Yo (Cristo) os he amado.” Y será al mismo tiempo una señal para que todos conozcan que “sois mis discípulos.” ¡Los discípulos del Hijo de Dios que es don de Cristo. Y así la caridad cobra, en este intento de Cristo, un valor apologético. Tal sucedía entre los primeros cristianos jerosolimitanos, que “tenían un solo corazón y una sola alma” (Hechos de los apóstoles 4, 32). Recuperar el concepto de “don”. El mundo adolece,  quiere ya  el tener, y la ingratitud no le debe nada a nadie.
Dios no se olvida de nosotros, tal vez estemos alejados, enojados, no preparados para recibir lo que queremos. La paternidad espiritual comienza en casa, en el hogar como iglesia doméstica, decirle a Dios “te amo y necesito”, las jaculatorias, el rezo del komboloy. Lo que a Dios no le enfada   es ser exageradamente agradecidos, en el carisma que Dios ha despertado en nuestro corazón. Ese carisma se riega, se abona, se cuida del sol, de la sombras para  que reciba la temperatura apropiada. Como sacerdotes reyes y profetas, desde el bautismo damos la excelencia a Dios que nos pide prestado y nos devuelve con demasía. El amor  que se desprende de la Iglesia enfatiza una revelación natural en armonía con la Gracia revelada, la Fe y las buenas obras.
El cansancio, la perdida del sentido, de la búsqueda, o el preguntarse cual es el sentido de la vida, hace que uno se pare en una baldosa y se pregunte en su interior ¿estoy agradando a Dios y como lo  hago?
La pregunta sencilla en si, encierra sinceridad, por que la medida es Cristo, lo que  le agrada a Él, no ha nosotros, esa estatura, la fortalecemos con la armadura espiritual, el yelmo de la salvación, con la espada del espíritu, la coraza de la fe, para protegerse de los dardos del malo. En este mundo o mejor dicho la gente, los que se alejan de Dios en  una despersonalización,  en un individualismo,  y espíritu laical…… se implora por una comunidad que atienda las necesidades espirituales de las personas, respetando siempre al señor párroco de la ciudad.
La Santa Iglesia como madre y maestra, obediente, por la mente apostólica y  conciliar del papa y sus patriarcas aceptan la comisión del mandato  de dar a conocer a Cristo, y el plan de salvación. Nuestra primera apóstol es la mujer Samaritana, que creyó y dió un testimonio convincente en la roca de la fe de los discípulos, la de la Virgen  María Doncella  estuvo siempre al lado de la Cruz: “Hagan lo que El les diga”,   la del Centurión  romano, que se contentó con aceptar su limitación e impotencia y reconocer ante quien estaba “El Maestro”,   las  palabras al maestro  “ordena y se cumplirá”, nos llena de admiración,   la de la sirio fenicia  que rogó de  lo mas profundo,  por una curación y el Señor la escuchó y le concedió su pedido, muy pocas veces el Señor no se queda con la palabra última.  La aceptación del mensaje del Kerigma indica de antemano la universalidad de la Iglesia.
Siempre los milagros y signos que como prodigios realizaba el Señor, es para conformación del cumplimiento del antiguo pacto. La dirección vital y práctica constituye el rasgo característico de la sabiduría instructiva del Antigua Alianza
Pero lo más importante es oír el Evangelio  y aceptarlo. Lo que salva es oír la palabra y aceptar a Cristo como salvador, es la primera función ministerial, para recibir el santo bautismo y sacramentos. Las sagradas Escrituras  ven la verdadera sabiduría en una humilde devoción a Dios ante pesados sufrimientos sin culpa, y en la comprensión, que es imposible conocer los caminos Divinos. Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré ahí. Dios dio, y Dios quito, se el nombre de Dios bendito... recibiremos de Dios el bien y el mal no lo recibiremos?” (Job. 1:21, 2:10). Así es la sabiduría del virtuoso Job. Pero no hay sabiduría en las construcciones dialécticas y lógicas de sus amigos; y justamente no hay, porque ellos con aplomo se consideran capaces de comprender los pensamientos de Dios. Ellos tienen lo que se puede llamar el racionalismo sobre la base religiosa. Les fue dicho, de pedir perdón a Dios, a través de Job.
Aprendemos que el amor que se propaga en el evangelio tiene como fin sacar a luz la misericordia, a diferencia del amor del Antiguo Testamento que era jurídico y legalista en la idolatría de Israel

sábado, 4 de mayo de 2013

La misión apostólica de S. E. Rev. Monseñor Teofano


 Padre Nestor Jaramillo, hijo del Proto Jerarca Gonzalo Jaramillo Hoyos, quien preside la Iglesia Misioneros Vetero Nuestra Señora de la Alegria con sede en Bogotá, Colombia.  A su lado, Mons. Teofano y el Padre Gregory de la Iglesia Ortodoxa Bielorrusa Eslava en el Extranjero.
"Centralizar la mirad en el Cristo que todo lo ve y nos da la mano cuando se presenta la tormenta."

El cristianismo no está en la convicción callada, sino en la grandeza de la acción”  San Ignacio. [81]

La misión apostólica de S. E. Rev. Monseñor Teofano
Eparca Coadjutor de Buenos Aires para la República Argentina
Rector del Proto Monasterio Rural Pavel Aleksandrovic Florenskij – Prov. Entre Ríos
“Una teología de la unidad”

                                                                                                     (Recopilación Fr + Estephanos)

1) Introducción.
2) Misión. El sembrador.
3) El obispo.
4) Cinco puntos rectores de los presbíteros.
5) La unidad.
6) El agradecimiento.
7) La Divina Eucaristía.
8) Espíritu Santo.
9) La Iglesia.
10) El ser cristiano.
11) El signo de la Cruz.
12) La parousia.
13) La búsqueda.
Introducción
Dios dirige a sus siervos, es una manera que escapa a nuestra mente, sabemos que estamos en una época con ruidos, bombardeos de imágenes, además de recibir los dardos incendiarios del inicuo, y Dios en su amor nos previene con su amor que es preveniente y proveniente, nos pide que nos vistamos de “la armadura de Dios”, para seguir tras la meta y alcanzar la corona de la vida. Monseñor Teofano realiza sus actividades pastorales como padre-obispo, en dar una palabra de aliento y consuelo para que “el amor no se enfríe” que “no olviden del ministerio que se ha aceptado”, para dar ese fruto  a saber justicia. Monseñor Teofano realizó un viaje  a la Ciudad de Córdoba en representación de nuestra Iglesia, que crece a la manera de la semilla, que recibe agua, poca o mucha, pero con la actitud del sembrador. La representación es para demostrar o en otras palabras ver que las verdades particulares se encuentra en otra verdad universal mayor, siempre el diálogo se basa a partir del respeto a la persona, como “imagen y semejanza de Dios”, el respeto a la vida, un rotundo no al aborto, aceptando a través de la dignidad humana que compartimos todos los seres humanos  en  Ley moral natural que nos precede, que empieza en los latidos del corazón. El cansancio, la rapidez con que realiza las actividades nuestro monseñor causa admiración, porque en muchas circunstancias se encuentra solo, y cuenta con su presencia y con Dios para estos viajes. Pedimos siempre que en estas actividades cuyo diálogo insistimos, parte también desde la coincidencia, desde el abrazo a la cruz del Calvario, siempre en la construcción del Reino del Cristo.
2) La misión.
La misión de la Iglesia no es elevar juicios basados en prejuicios o alzar la voz con queja, si alzar la voz por los pobres, enfermos, y necesitados de la palabra de Vida, que a la manera de monseñor se gasta a favor del Evangelio. Pedimos a nuestra Sra Hodygitria que guíe el camino en su ministerio que como Episkopos, realiza la tarea de “administrar los bienes del Señor, como atalaya”, Dios en su bondad permite que sus siervos ejerzan los dones que el mismo les ha brindado y le dirá algún día el amo: “bien hecho siervo bueno y fiel”, bueno y fiel que nos permite compartir la alegría de Dios.
En esa semana como se comentó, se realizo un viaje, contando con  su Excelencia Teofanos a compartir en la Pcia de Córdoba, palabras de ánimo y agradecimiento, con obispos de diferentes Iglesias. Con solicitud Monseñor Teofanos escuchó los aportes de los Obispos, siendo la finalidad estar presente, para poder ejercer la “actitud de sembrador”, ¿cuál es la actitud de un sembrador? Primeramente, acercarse directamente a la gente que tiene hambre de la palabra, a veces hablando, otras veces solo para oír, y comenzando a ayudar primero desde los rezos.
Estamos sinceramente agradecidos porque Su Beatitud Moran Mar Athanasios 1º, que cuenta con la ayuda y  lealtad de su eparca Teofanos, nuevamente rogamos al Señor que le envíe sacerdotes para trabajar en esta obra inspirada que comienza a hechar los primeros frutos.
3) El obispo
¿Que es lo que hace un obispo? El obispo posee la plenitud del sacerdocio, y por necesidad debe serlo porque preside una Iglesia y a sus sacerdotes, esto se lo puede ilustrar de una manera sencilla como el cuerpo humano con diferentes miembros pero cada uno con una función particular y  necesaria en su lugar, Dios en su diseño lo dispuso a su manera.
Un obispo debe ser un sacerdote con experiencia, no un neophyton, o sea un convertido recientemente, debe poseer la ciencia y autoridad para regir la comunidad. Nadie pone en duda el ministerio sacerdotal de S. E. Rev Archipreste Arcadio, valeroso y audaz y del Muy Rev Evaristo, sensato y cordial, ellos acumulan “la experiencia” para que en el tiempo de Dios lleguen a la plenitud del obispado como el Lic. S. E. el Rev Luengo.
Teofanos como concurrente, con vistas a la unidad,  prevalece en La verdad y la salvación que han sido dadas al amor; quiere decir a la Iglesia, así es en  la concepción eclesiástica, este es el llamado,  proclamado por nuestro padre-obispo, anunciando a los feligreses que deben amar a Dios y al prójimo,  guiándonos por la Palabra de Dios y por los escritos de los Padres de la Iglesia. Este es el amor filial paterno que inculca monseñor
4) Cinco puntos rectores de los presbíteros.
La pregunta que surge en nuestra mente es ¿como podemos nosotros someternos a la voluntad de la Iglesia, ser obedientes, aceptando la disciplina y ejercer empatía en colocarnos en un sitio inferior? La respuesta la dan nuestros propios sacerdotes, ellos solo aman, lo podemos sintetizar en cincos puntos rectores:
a) no niegan la Iglesia que es verdadera, con un valor preciso y claro.
b) hay abnegación, una sumisión humilde.
c) recuperar la concepción de la Iglesia como la nueva vida de Cristo, en el sentido de la vida de la humanidad en la Iglesia, a la que Cristo Redentor le dio un nuevo nacimiento. Hacemos carne que, para la fundación de la Iglesia, era indispensable la llegada a la tierra del Hijo de Dios y también Su muerte en la Cruz del Calvario.
d) Cultivar un espíritu de concordia “Si un miembro padece, todos los miembros se duelen con él” (1 Cor. 12:26), propagar lo bueno el mensaje de la Iglesia
e) Cada sacerdote casado,  deja a su familia este legado: ateniéndote con todas tus fuerzas a la Santa Iglesia del Oriente, como a tu madre..
f) Es un signo de buena modalidad estar apegado a lo eclesiástico. Adherirse a la plenitud de la vida eclesiástica, la vida del cuerpo de Cristo.

¿Qué  podemos agregar desde lo histórico?
a) Los obispos son los moderadores del culto, esto debe ser bien cristalino.
b) El obispo tiene primacía en autoridad y en materia litúrgica.
c) Lo que se haga en materia litúrgica incluso administrativa, debe contar con la aprobación del Señor Obispo, el altar del episkopos es la centralidad de lo religioso de la diócesis: “unum altare sicut unus episcopus”.
d) Por Providencia Divina la santa Iglesia Ortodoxa Bielorrusa Eslava cuenta, posee  
San Pablo, como doctor en la Ley, destaca lo cualidades de los “ministros sagrados”, es un  oficio noble y excelente, es la de cooperar con Dios  y socorrer  la salud (salvación) de las almas y difundir el Reino de Cristo.
5) La unidad.

Ahora en el punto medular del mensaje, ¿como resaltamos la unidad? En la muy conocida oración sacramental del Evangelio según san Juan capítulo 17, Nuestro Señor Jesús Cristo, exclama: “¡Padre Santo! A los que me has dado, guárdalos en tu nombre, para que sean uno, así como Nosotros... Mas no ruego solamente por estos, sino también por los que han de creer en Mí por la palabra de ellos, para que todos sean uno; como Tu, oh Padre, en Mi, y Yo en Ti, que también ellos sean uno en Nosotros” (Juan 17:11-25). Notemos, por favor con mucha atención a estas palabras de Cristo, aquí se define la esencia del cristianismo, es la vida común, en donde hay una asociación unos con otros, el pide en el rezo por la unificación de todos los que creen en Él, solicitándole al Padre de las luces celestes, que ayude a la realización de toda la humanidad, apreciamos aquí que la labor del Señor Eparca, es invitar a todas las gentes, a los que están en las calles, en los balcones, en las terrazas, a  reunificarse consigo misma y con el Salvador, ¿qué se entiende? Es la unificación con Cristo en sus palabras que se manifiesta en todos los creyentes, que es la Iglesia, estando implorados: “Para que el amor, con que me has amado, esté en ellos” (Juan 17:26).
Valoramos  en las homilías de S. E. Rev el Muy Rev Arcipreste Padre Arcadio, “la alegría del servicio, Dios nos necesita a todos, a usted a mi,  Cristo “Yo soy” se acercó a nosotros, no para darnos una instrucción nueva, Él vino para crear una vida nueva para la humanidad, que es la Iglesia”, siendo el carácter de esta Iglesia celestial. Podemos apreciar como las palabras del Arcipreste Arcadio va de la mano con el Arzobispo Hilarión (Troizky), Nuevo Mártir de Rusia: Cristo El es…Salvador del mundo, quien ha dado nuevas fuerzas, renovó la humanidad. No sólo la doctrina obtuvimos de Cristo, nuestro Salvador, sino la vida.”
En la base de la Iglesia, en sus cimientos, esta el amor, no la discordia, ahora la sola mención de la doctrina del amor no va a traer paz, pero si una fuerza nueva, que por la Encarnación se logra una relación, intimidad, estrecha con el Creador. La alegría que esparce el Arcipreste Arcadio, es el gozo, fruto del Espíritu Santo, en contraposición  de V. S. Soloviev, en donde explica que por el rechazo de la gente el cristianismo es  “algo mortalmente aburrido”, el Muy Rev Arcipreste Arcadio, junto con el Muy Rev. Padre Evaristo produce la nivelación en la Iglesia de la alegría en el servicio, descendiendo la alegría al alma.
6) El agradecimiento.
Otra virtud que sacamos a luz, olvidada a veces tristemente por el propio clero es el agradecimiento, cultivar el espíritu del agradecimiento,  saber dar el reconocimiento a Dios por lo que tenemos, por lo que somos, el ejemplo que resaltamos es el Lic Rev. Padre Diego Luengo, que en su simpatía y compostura supo agradecer y ejercer la hospitalidad a la manera del buen samaritano. Podemos extraer  a luz que una de las cualidades del muy Rev Padre Luengo es la “simpatía”, ¿qué entendemos? no solo lo afectivo, sino la espontaneidad, lo atractivo (lo que es igual “que atrae” que inclina la voluntad, en la fuerza de la moral, en el captar al otro para ganarlo al Evangelio), en donde se hace mutuo, aquí vemos la riqueza de esta virtud conocida como “hospitalidad”, que pone en práctica el sacerdote, en imitación a su padre obispo. Podemos apreciar que estas virtudes, en el Espíritu Santo las sacamos de nuestro interior es como un farol que alumbra nuestro interior en los más profundo y recóndito del alma, sale a luz por la fe, y todas los que participan de Cristo tiene asegurado el depósito del espíritu, ¡verdaderamente aprendemos del Archieparca Francisco De la Caridad, ¡que medita exhaustivamente en las Escrituras inspiradas ! “es grande la oportunidad que tenemos de usar la fe para elevarnos a las alturas, como reconoce el salmista “Está pronto mi corazón, oh Dios! mi corazón está dispuesto; Cantaré, y entonare salmos; esta es mi gloria. Despiértanse, salterio y arpa; Despertaré al alba” (Salmos 57:7 y 108) “Mi corazón ha dicho de Ti: buscad Mi rostro. Tu rostro buscaré, oh Dios y Señor mío” (Salm. 27:8).

7) La Divina Eucaristía.

La unidad y la Divina Eucaristía van de la mano, son como dos brazos de un cuerpo, no se puede hablar la una sin la otra, es el aporte de la salud espiritual de participar de los Santos Dones impartidos por los Muy Reverendos Luengo, Arcadio, Evaristo; es el amor que se esparce como enseña Francisco de la Caridad, en donde la comunión eclesiástica esta unida a la recepción de los Santos y Vivificantes Dones.
Unidad, santidad, catolicidad y apostolicidad son los signos escatológicos concedidos a una comunidad por el Espíritu Santo, estos cuatro signos son como señas en el camino que muestran que la iglesia local esta unida a la Divina  Eucaristía, es la pléroma, el anticipo  del Reino de Cristo y sus realidades.
S. E Rev. Francisco de la Caridad, denota, que la actividad del sacerdote es estar centrado en la Eucaristía, ver en  la mirada evangélica, volver a la correcta  visión eclesiológica, en el amor, en la relación directa y exclusiva con el  aspecto sacramental de la vida de la Iglesia, en su plenitud con la celebración de La Liturgia, en otras palabras  es encontrar en la actuación ante nuestros ojos de este ágape, asociarlos a los que creen en Él.
Podemos reparar que la liturgia una orientación decididamente, cristologicamitológica y didáctica,
Nuestra atención pastoral, refleja el espíritu de la Liturgia

8) Espíritu Santo.
Como hay un solo cuerpo hay uno solo espíritu ¿cuál es su significado? como enseña nuestro Archipearca Francisco de la Caridad, “es la vitalidad, la energía que recorre cada tendón arteria, vena, el aliento que abarca  a los pulmones, la energía que hace latir al corazón, es todo lo que hace que el cuerpo humano tenga la vida, sin cuya presencia estaríamos ante un cadáver.” Ese amor viene de Dios, porque construye, nos junta, nos une, para que cada uno, en el Espíritu Santo, que empapa todo el cuerpo de la Iglesia, “cada uno recibe un don que administra, haciendo posible la nueva vida en Cristo” (Mar Valerian), una nueva vida en Dios, cuyo perfeccionamiento de la personalidad humana tiene como condición su pertenencia a la Iglesia
La invitación evangélica desde el amor, es participar de ese aliento que viene de Dios para que el cuerpo tenga la verdadera vida a  partir de la Liturgia y de la Gracia
Ese espíritu viviente de Dios da fuerzas para poner por obra lo que nos dejó Cristo, y como es un mandato en el amor, su ejecución crea la unidad,  es el amor como principio unificador, entonces, la creencia es para la fe, lo que el amor a la unidad, uno es un principio abstracto, el otro una aplicación viviente. Nuevamente recordamos lo que dice el Archieparca Francisco de la Caridad de la Iglesia Ortodoxa Bielorrusa Eslava: “aceptar el Amor (nótese que está escrito con mayúscula) es elevar nuestras rezos al Espíritu Santo, si pide por la unidad es que está en la Iglesia y pide por inspiración, en la unificación, gracias a la Encarnación”;  abriéndoles a los hombres el camino hacia la asimilación con Dios y la divinización no sólo del alma, sino también del cuerpo. “Hoy Dios viene a la tierra y el hombre sube al cielo.” ([i])

9) La Iglesia.
El fin de la Iglesia es mostrar el camino para que el hombre alcance  la plenitud o perfeccionamiento, en una vida de obediencia y rectitud, para el renacimiento moral de los cristianos (Efesios 4, 13) ¿cómo se reunifica y crece  la Iglesia? cada vez más por medio de la recepción de los Santos Sacramentos del Espíritu Santo,  hay una comunión conjunta de amor, amor e Iglesia, se recibe los Santos y Vivificantes Dones; el Cristo baja, se imparte Él mimo y su Gracia Divina, ese espíritu de Gracia Divina en cada uno, lo transforma en la parte que le corresponde (teoforos) en el cuerpo de Cristo, por lo tanto el Espíritu  a la par con el cuerpo de Cristo resulta en el crecimiento armonioso y vivo de todo miembro en la aplicación de los dones en la Gracia, transformándolo en una mente nueva, siendo solo el hombre espiritual el que “ve “ con los ojos del entendimiento, ven a Dios con facilidad, siempre y en todas partes.
 El contagio es reciproco, se convence más de la fuerza vital y la realidad de la Gracia Divina que habita en la Iglesia! Admiras y agradeces a Dios, cuando poseemos el privilegio de abrir los ojos del entendimiento ante el  real renacimiento del ser humano producido por la vida en la Iglesia.
Nuestro amado Padre San Juan Crisóstomo, a través de la poesía y de palabras inspiradas de caridad, ilustra  la necesidad del vinculo con la Iglesia Universal, en la existencia de Cristo para seguir alimentándonos de las palabras de miel,  no perder “la esencia salvadora” para llevar una existencia particular. La Divinidad de Cristo es necesaria sólo para aquel, quien ve en Él al Salvador que introdujo en la naturaleza humana nuevas fuerzas y quien fundó la Iglesia.

Cumplido el deseo de ver la llegada Divina a través de la aparición de Cristo, la gente tuvo a bien de recibirle, consolándose con la vida nueva.”[[ii]] “Para restablecer y glorificar la postrada naturaleza humana vino Él en toda Su claridad.”[[iii]]
96. Irmos del canto 9 del cánon de las vísperas del dia festivo.

La creencia es a la fe,
Lo que el amor a la unidad
El dogma a la ética,
Lo que el cristianismo a la Iglesia
Las reglas de la decencia a las virtudes
Lo que La doctrina a la vida de Cristo
el respeto al orden y al decoro exterior a la virtud
La interpretación personal es al Espíritu
Lo que el camino es a la verdad
un lodazal a la tierra fértil
lo que El agua sucia es al agua de la vida
el error es a la Iglesia puerta de vida
lo que el oropel al oro
la doctrina abstracta es a la Iglesia
la iglesia no necesita demostración
la extrañeza
la seducción del engaño
lo que alterados
Opinión firme
Discípulos de la verdad
un cristianismo sin Iglesia
es a  la desunión de las almas y corazones
Confiar el evangelio sin Dios y sin la Iglesia
es a la confianza en la manzana del paraíso
la fe en Cristo es clara
lo que la sinceridad a la Iglesia

¡Los Evangelios lo recibimos de la Iglesia!

Si se reniega de la Iglesia pierden la oportunidad de ser portadores en si de la bendición del  Espíritu Santo, unidos en amor a la Iglesia, no recibe el aliento, fuerza vital del Espíritu, porque la Iglesia es el Reino de Cristo en la tierra, representa al reino de Dios celestial , perdido y hallado en este tierra. La Iglesia es como la hipostásis de todos los seres, que la componen por medio del amor que profesan los unos a los otros

10) El ser cristiano
Ser cristiano es ser de la Iglesia, unirse a la Iglesia, con un vínculo común e ideales, no se puede estar afuera, es tener fe en Cristo; es la vida misma, no se puede estar de parte de Dios y no estar con la Iglesia. San Cipriano llega al extremo de afirmar que: “solo dentro en la Iglesia hay  fe verdadera”, adherirse firmemente a la unidad, combatir con la “fina astucia”, ¿que entendemos por la fina astucia? Es la cruz y hazaña espiritual, este es el camino de la paciencia, del sufrimiento de las aflicciones, de la persecución por el nombre de Cristo y de peligros de parte de los enemigos de Cristo, del desprecio de los bienes terrenales, de la lucha contra las pasiones y la concupiscencia.
11) El signo de la cruz
Al persignarse con amor y devoción, el cristiano muestra su marca, su identificaron con la Iglesia, está impregnado de la fragancia del Cristo, podemos sintetizarlo en tres items.
a) Esta llamado a seguir al maestro, a Jesús de Nazaret
b) El persignarse correctamente fortalece ante el enemigo, nos da el vigor para luchar contra el pecado en uno mismo.
c) Y en tercer lugar, confiesa, que él espera la manifestación de la gloria de Cristo, Su segunda venida, que será precedida por la aparición en el cielo del signo del Hijo del Hombre, conforme a las divinas palabras del mismo Salvador (San Mateo 24:30). Este signo, por unánime opinión de los Padres de la Iglesia
La parousía:
En los tiempos de San Irineo algunos falsos científicos aseveraban que toda la misión de Cristo consistió en habernos dado una nueva ley en lugar de la ley caduca, que Él anuló. San Irineo, sin embargo, afirma que no fue la nueva ley ni la nueva enseñanza la causa de la llegada de Cristo a la tierra, sino precisamente La recreación del decaído ser humano, San Ireneo, pregunta: “¿qué cosa nueva nos trajo Nuestro Señor con Su llegada? — sepan entonces, que Él trajo todo nuevo sólo por haber traído a Si Mismo y con eso renovó y revivió al hombre.”[[iv]] Porque lo esencial de la obra de Cristo, consiste no sólo en la enseñanza, sino en la salvación. Dios envió a Su Hijo unigénito al mundo, para que vivamos a través de Él (1 Juan 4:9, compárese con 5:13). Cristo llegó a la tierra para renovar la naturaleza humana. Para esa renovación Él fundó la Iglesia.

Cristo llegó a la tierra para renovar la naturaleza humana. Para esa renovación Él fundó la Iglesia. La renovación exige mucho trabajo. Aquí, según el Apóstol, es necesario luchar hasta la sangre (Ebr. 12:4), luchar, desde ya, combatiendo contra el pecado. Pero la gente ama justamente su naturaleza pecadora, ama al pecado y no quiere abandonarlo. Ahora la gente se ha endurecido tanto en su egoísmo, que el ideal ortodoxo de la Iglesia le parece una especie de violación de la personalidad, un despotismo incomprensible e inútil. El ideal Ortodoxo de la Iglesia exige de cada uno mucha humildad abnegada, mucho amor en general, y por eso para los corazones tan pobres de amor de nuestros contemporáneos, para los que lo más caro es su egolatría pecadora, este ideal se les presenta como una carga difícil de acarrear.
La búsqueda:
Lograr en una búsqueda sincera, ser luz, como portadores, iluminar a la Iglesia de Dios, con el ejemplo, logrando la paz. De este modo no seremos holgazanes,  o como muy bien   pronuncia el muy ilustre obispo que nos advierte de los que: buscan, se quedaron sin principios y otros oportunistas se tiraron en los escombros, ensuciándose en el lodo,  perdiendo que es el bien y el mal,  perdiéndose el respeto. Incluso a ellos mismos (Francisco de la Caridad). Nuestra vida centrada en Cristo
La alegría, el agradecimiento, la sinceridad, son las virtudes que resaltamos, para que los fieles, experimenten la cercanía de Dios, en la paz, alimentando su alma para la exaltación beneficiosa y no perdiéndose en cuestiones, en nociones teológicas.  La gente de corazón humilde, sencillo y de piedad  sigue percibiendo esta bienaventurada vida eclesiástica accesible sólo para el  hombre espiritual, es recapitular el nuevo ente, pedir por el ideal de Iglesia con amor y abnegación
·       Anunciamos el bienestar espiritual que recibimos
·       Vida de la Iglesia, compartir la vida común
·       Conciencia eclesiástica, somos parte de un cuerpo
·       La Iglesia Ortodoxa es la portadora de la idea de la real salvación del hombre, de su pleno renacimiento, renovación, recreación y acercamiento a Dios

Admitimos que no es con nuestras fuerzas  si con las nuevas fuerzas, con la gracia divina que nos da Dios, el fundo la Iglesia, predicamos a Dios que “el amor viene de Dios”. Al Amor lo llaman el Divino (1 Juan 2:5; 3:17; IV 9; Rom. 5:6 compárese con  1 Corint.13:15; 2 Col. 3)
El Amor de Cristo abraza a todos los miembros de la Iglesia (Mateo 20, 28; Deut 19, 21; 1 Tim 2, 6;  2 Cor. 5:14; Isa 53, 10). El Amor — es el cuerpo del Espíritu (Gal. 5:22) (Fil. 1, 11; Col. 1, 10)
El verdadero cristianismo es la vida común (comunidad), se participa, puede afirmarse que se parecen,  donde todas las individualidades se asocian unos con otros de tal manera, que su unión puede ser comparada con la unificación de las tres Imágenes de la Santa Trinidad. La vida común dentro de la Iglesia por la que rezaba Nuestro Jesucristo, en Su oración primo sacerdotal, Cristo no reza solamente por la preservación y por la propagación en todo el mundo de Su enseñanza, — el reza también por la unificación vital de todos los que creen en Él. Cristo pide a su Padre Celestial que ayude a la concertación, o mejor dicho, a la reconstitución en la tierra de la natural unificación de toda la humanidad: “De una sangre ha hecho todo el linaje de los hombres” (Hech. 17:26). La idea es que la unidad acontece por la voluntad Divina, es el plan de Dios, no es un tiempo humano.
“La gente” — escribe San Basilio el Grande — “no hubiera tenido ni divisiones, ni discordias, ni guerras, si el pecado no hubiera malherido la esencia humana”...Y “esto es lo más importante en la tarea de reconstruir la encarnación: llevar la naturaleza humana a reunificarse consigo misma y con el Salvador, y destruyendo la astucia del pecado, restablecer las unidad originaria de la misma manera.” La verdad de la Iglesia está estrechamente vinculada con el misterio de la Santa Trinidad


Solicitamos por la bendición de Monseñor Arcadio, titular de la Pro-catedral san Jorge, Su Ilustrísima acepta con el valor de los primeros cristianos recorrer grandes distancias para celebrar “La Divina Liturgia de San  Juan Crisóstomo”, administrar los Santos Dones a los enfermos, y realizar las confesiones. 
Por el muy Rev Padre Evaristo, sacerdote, siempre dispuesto a salir en misión recorriendo distancias en la intemperie y el frío para celebrar La Liturgia.
Y como siempre no olvidamos en nuestras oraciones a Mijail obispo y siervo de los siervos que predica la palabra celosamente, al  poner en práctica las enseñanzas de los primeros Padres de la Iglesia, gran lector de la Filokalia y liturgista, y gran maestro de piedad y obediencia.
1.    El deseo de llegar a ser “nuevo ente,” “la naturaleza renovada,” mejor dicho — la Iglesia de Dios viviente exige aceptar la Divinidad


[i] Santa Misa en la Navidad, 2-do cant. En la lit.
[ii] Cánon a San Juan, cant. 9, trop. 2. Comparar del mismo cánon 2 trop. Cant. 7: “llevando la riqueza del endiosamiento.” Irm. Del cant. 4: “Renovación del género humano, antiguamente cantó el profeta Abbacumo anunciando...la gente con la palabra renovada.”
[iii] Irmos del canto 9 del cánon de las vísperas del dia festivo.
[iv] Contra las herejías, lib. 4, cap. 34, par. 1