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miércoles, 22 de septiembre de 2010

Festejo de la Exaltación de la Santa Cruz.

En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amiñ
Hoy es el Martes 14 del II Domingo vigésimo 24 después del Pentecostés, hoy se festeja la “Exaltación de la preciosa y vivificadora cruz”, durante ocho días. También la Dedicación de la Basílica del Santo Sepulcro en Jerusalén y el Santo Mártir Cornelio el Centurión. Hoy la lectura del Evangelio es Jn 3, 13-17,
Lecturas: Números 21, 4-9; Fil. 2, 6-11; Salm 77, 1-2, 34-38; Jn 3, 13-17.
En las lecturas de hoy notamos en el libro de números la misericordia de Dios, en el versículo 9 dice que “cuando alguien era mordido por una serpiente, miraba a la serpiente de bronce y se salvará”. La carta a los Filipenses, nos recuerda la actitud del Cristo, nos muestra de forma poética su humillación y exaltación, se cree que es un himno que formaba parte del culto cristiano. Su humanidad
[1] se convierte en fuente del Espíritu Santo[2], se destaca también el tema de la solidaridad[3], el versículo 8 de la cara a los Filipenses nos dice que, “se humilló a si mismo, haciéndose obediente hasta la muerte, hasta la muerte en la cruz” donde muestra que es el camino real que eligió, señala la valentía. Esta carta nos anima a ser amigos del Señor que nuestros sentimientos se conformen a sus sentimientos, que nuestra voluntad a vuestra voluntad. En las prioridades Espíritu de Dios esta revestido de los sentimientos, ser hijo de Dios (Jn 1, 12) por el Espíritu Santo tener mente y corazón por el mismo Espíritu Santo que nos ha dado como garantía de la nueva Alianza. Por lo tanto “la imitación de Cristo se hace posible a través del Espíritu Santo lo mismo que la filiación divina”. El salmo 77 nos enseña las acciones de Dios por su pueblo nos anima a escuchar, y a pesar de no cumplir la Alianza, Dios tenia compasión perdonando su maldad.
Nuestro padre San Atanasio nos dice
“¡Cuando Cristo hacia las obras del padre a la manera de Dios , no estaba a carne ausente , sino que el Señor hacia aquellas cosas asimismo en su propio cuerpo (…) . Cuando fue necesario curar de su fiebre a la suegra de pedro , extendió la mano como hombre , pero curo la dolencia como dios , de manera semejante , cuando curo al ciego hecho la saliva humana de su ARNE , pero en cuanto dios le abrió los ojos con el lodo …Así hacia el las cosas , mostrando que tenia un cuerpo , no aparente sin real , convenía al Señor que la revestirse de carne humana , se revistiese, con ella tan totalmente que tomase todas las afecciones que le eran propias , de suerte que así como decíamos que tenia su propio cuerpo , así se pudiera decir que eran suyas propias las afecciones de su cuerpo, aunque no alcanzase su divinidad, (…). No invocamos a criatura alguna, ni a hombre común alguno, sino al hijo verdadero y natural e Dios hecho hombre, el cual no por ello es menos Señor Dios y Salvador. Nosotros no adoramos a una criatura lejos de nosotros tal pensamiento, que es un error propio de paganos y de arrianos. Lo que nosotros adoramos es al señor de la creación hecha hombre, el verbo de Dios. Porque en si misma la carne sea una parte de la creación, se ha convertido en el cuerpote Dios. Nosotros no separamos el cuerpo como tal del verbo lo separamos de la carne, sino que sabiendo que ‘el verbo se hizo carne’, lo reconocemos como Dios aun cuando está en la carne”.
La Santa Cruz nos recuerda que debemos mirarla con amor, dedicación y sinceridad, descubriendo cada uno de nosotros el sentido de la vida.
El hijo de Dios murió en la cruz, pero no para condenar sino para dar vida en abundancia. La cruz es el espejo donde vemos nuestros pecados y errores que cometemos diariamente. La sangre preciosísima y su cuerpo santo dan respuesta verdadera a nuestra vida, en la Santos Dones, Cristo en su amor nos invita a no temer, a tomar nuestra propia cruz y ver la santa cruz como signo de amor verdadero, fortaleza que adquirimos porque nos acompaña diariamente en nuestra vida dándonos la paz.

Nos pide ser sinceros. Crecer en la fe y ver nuestra dignidad
Saber que La cruz nos lleva a la luz
El perdón de Dios nos permite mantener viva la esperanza, solo nos pide humildad.
En esta fiesta de la exaltación de la cruz la celebramos como misterio triunfante y glorioso “no he de gloriarme sino en la cruz de Nuestro Señor Jesucristo” , uniéndonos a Maria Doncella , la toda Santa, consiguiéndola paz la valentía y la alegría del servicio amoroso y fiel.

[1] Rom 8, 9-11, nueva forma.
[2] San Juan 7, 37-39
[3] Fil 3, 21

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