San Basilio Magno, doctor de la iglesia y obispo.- 14 de Junio
(+ 379)
Popularidad: gran Obispo del Siglo IV, al que mira con admiración tanto la Iglesia de Oriente como de Occidente, por su santidad, por su doctrina y por la síntesis armoniosas de sus dotes especulativas y prácticas. Los textos litúrgicos bizantinos lo definen como una “lumbrera de la Iglesia”.
Toda la antigüedad ha dado a san Basilio el titulo de “Magno”, porque en el, todas las cosas fueron grandes, su ingenio, grande su elocuencia, grande su milagro. Nació en Cesarea de Capadocia y fue hijo de san Basilio y de santa Emilia, nieto de santa Macrinia, hermano de san Gregorio Niceno de san Pedro de Sebaste y de santa Macrina la joven es una familia de santos una “verdadera Iglesia doméstica”, viviendo el clima de la fe. Aprendió las letras humanas primero en Cesarea y después en Constantinopla y en Atenas que era a la sazón madre de todas las ciencias; insatisfecho con sus éxitos terrenales, dándose cuenta de que había perdido el tiempo en lo vanal, el mismo confiesa que “Un día, como si despertase de un sueño profundo, volví mis ojos a la admirable luz del evangelio…, y lloré por mi miserable vida” (cf. Ep. 223: PG 32, 824 a). Atraído por Cristo, comenzó a mirarlo y a escucharlo solo a el (cf. (Moralia 80, 1: PG 31, 860 bc). Traba una estrecha y cordial amistad con Gregorio Nazianzeno, porque eran los dos muy parecidos no menos en el ingenio que en la virtud. Allí alcanzo fama de varón sapientísimo en todo género de letras, y las enseño con grande aplauso. Convirtió a Eubulo su maestro; y los dos fueron a Jerusalén a visitar los santos lugares y a bautizarse en el Jordán. Al tiempo que Máximo, obispo de Jerusalén, bautizaba a Basilio, bajó una llamarada de fuego del cielo y de ella salio una paloma que tocó con sus alas las aguas y luego voló a lo alto, dejando llenos de admiraron y de temor a los que estaban presentes. Ordenado de presbítero en Cesarea, se retiró por no ser compelido a aceptar la dignidad de obispo, a un desierto de Ponto, y allí vivió algunos años en compañía de san Gregorio Nazianzeno, con un género de vida tan admirable que más parecían ángeles que hombres. Se dedica a la vida monástica, en la oración, en la meditación de las Sagradas Escrituras, y de los escritos de los Padres de la Iglesia, y en el ejercicio de la caridad (cf. Ep. 2 y 22), siguiendo el dechado de su hermana Santa Macrina, que ya vivía el ascetismo monacal. En el año 370 es consagrado obispo en Cesarea de capadocia, en la actual Turquía. Más por un tiempo el emperador Valente, arriano, como furioso incendio abrasase todo el oriente y en Cesarea hiciese grandes estragos, salio santo de su yermo para oponerse a los herejes. En esta sazón murió el obispo de Cesarea; y todo el clero y pueblo aclamó por su pastor a san Basilio. En un hambre crudelísima que sucedió, vendió el santo todas sus posesiones, y predico de la limosna en los templos, plazas, calles, y casas de los ricos con que alivio aquella extremada necesidad. Edificó para los pobres un hospital tan insigne y suntuoso que se podía contar entre las maravillas del mundo, como escribe el Nazianzeno. Habiendo rogado a Dios que atajase los pasos del emperador Juliano el apóstata, que intentaba matarle y destruir toda la Iglesia de Cristo, fue aquel impío tirano muerto en la guerra de Persia: y queriendo el emperador Valente desterrar al santo, al tiempo de firmar el decreto, la silla en que estaba se quebró, la pluma no dió tinta, aunque la mudo tres veces el brazo comenzó a temblar, como si estuviera tocado de periesía. Entonces se rindió y rasgó el decreto. La penitencia de san Basilio era más admirable que imitable, y estaba tan flaco que no parecía tener más que la piel y los huesos. Finalmente después de haber gobernado santísimamente su Iglesia ocho años, obrado estupendos milagros y escrito admirables libros, murió a los cincuenta y un años de su edad.
Se destaca su vasta obra, su predicación y escritos realizo una extensa actividad pastoral y literaria, con sumo equilibrio, une el servicio a las almas y la entrega a la oración y a la meditación en la soledad. Con su experiencia funda comunidades, fraternidades de cristianos consagrados a Dios, visitándolos asiduamente. (cf san Gregorio Nacianceno, Orartio 43, 29 in laudem Basilii: PG 36, 536 b), exhortándolos a vivir la perfección. Sus escritos fueron utilizados en la vida monástica antigua, como San Benito, que consideraba a San Basilio su maestro. (cf. regula).
Lo interesante es que san Basilio crea una comunidad no cerrada en si, sino abierta a la Iglesia, sus monjes formaban parte de iglesia particular, ellos eran el núcleo animador ya que precedían en el seguimiento y adhesión a Cristo, en la fe en las obras y la caridad. Las obras las mostraban en la práctica. Los hospitales y las escuelas, los monjes su servicio en su amor fortaleciendo su testimonio y la integridad en la vida cristiana. Se extrae que la vida comunitaria en soledad pasa de Egipto y Siria, pero por este gran santo Basilio que mediante la formulación y práctica de las reglas asegura su afianzamiento en oriente frente al ascetismo libre y personal del clero, el estudio la cura de almas la renovación de la Liturgia asegura al monacato en Oriente (Asia menor).
Juan Pablo II, afirmaba que “Muchos opinan que esa institución tan importante en toda la Iglesia como es la vida monástica quedo establecida, para todos los siglos principalmente por San Basilio que, al menos la naturaleza de la misma no habría quedado tan propiamente definida sin su decisiva aportación” (Carta apostólica Patres Ecclesiae, 2: L` Ossvatore Romano, edición en lengua española, 27 de enero de 1980, p. 13).
Como obispo, se preocupa de su extensa diócesis, mostrando interés por las tristes condiciones materiales en que se encontraba su grey, e un profeta, “denuncia” los males que acaecen, su prioridad son los pobres y desamparados, , intervine ante los poderosos de la época , para apaciguar a la población, velando por la libertad de la Iglesia y la defensa del derecho de profesar la verdadera fe (san Gregorio Nacianceno, Oratio 43, 48-51 in laudem Basilii: PG 36, 557 c-561 c).
Su amor lo muestra en las obras quedando firme su testimonio, a Dios (cf San Basilio, Ep, 94: PG 32, 448 b c), crea una especie de ciudad de la misericordia llamada “Basiliades”, anticipándose a los modernos hospitales y atención al enfermo.
Reflexión: Las alabanzas que dan a san Basilio los santos doctores Gregorio Nazianzeno, Gregorio Niceno, Efrén y otros, son tantas y con tan grande encarecimiento, que ellas solas bastan para entender la estimación y veneración con que hemos de orarle e imitarle. Sigamos pues los ejemplos y doctrinas de este gran doctor de la Iglesia tan lleno de Espíritu de Dios, y andaremos seguros por el camino de nuestra eterna salud, sabiendo de cierto que agradamos a nuestro Señor, el cual para nuestra enseñanza, le hizo tan sabio y tan santo.
Oración: Suplicámoste, Señor, que oigas las oraciones que te ofrecemos en la solemne fiesta de tu bienaventurado siervo y confesor Basilio, librándolos de nuestro pecados por la intercesión y meritos del que te sirvió con tanta fidelidad. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Enseñanzas-frases:
Es conciente que la Liturgia es la cumbre de la Iglesia a la cual tiende, la actividad de la Iglesia y al mismo tiempo es la fuente de donde mana toda su fuerza, (sacrosanctum concilium, 10), su ejercicio de la caridad su vivencia de la fe, es señal del reconocerse cristiano, es también un serio reformador litúrgico (cf San Gregorio Nacianceno, Oratio 43, 34 in laudem Basilio: PG 36, 541 c) dejándonos una gran plegaria eucarística, o anáfora , llevando su nombre dando una organización fundamental en la oración y a la salmodia: gracias a él, el pueblo saborean los salmos acudiendo a rezarlos incluso a la noche (cf San Basilio , In Psalmum 1, 1-2: PG 29, 212 a-213 c).
La anáfora de la Liturgia de San Basilio evoca también Filipenses 2, 6 antes de citar a Romanos 5, 12. Así hacen la Liturgia de Gregorio Nacianzo; Teodoro de Mopsuesta en sus Homilías catequísticas y su Anáfora, etc.
Esta correspondiente Encarnación con el programa de salvación por recapitulación en Cristo, Segundo Adán, del destino de la muerte del primer Adán, es un esquema fundamental de la tradición litúrgica y dogmática de la Iglesia. En los padres este momento ya pascual del misterio de Navidad se halla ya evocado de distintas maneras. Principalmente en el argumento soteriológico, tan a menudo empleado en as disputas trinitarias y cristológicas de los siglos IV y V. Pero incluso ya antes, puesto que figura formalmente en san Ireneo, y, en germen, en san Ignacio de Antioquia.
Sana doctrina:
Con gran celo y valentía a la fe, san Basilio, se opone a los Herejes que negaban que Jesucristo es Dios como el Padre, también contra los que no aceptaban la divinidad del Espíritu Santo, defendiendo que el Espíritu Santo también es Dios y “debe ser considerado y glorificado juntamente con el Padre y el Hijo” (cf De Spiritu Sancto: SC 17 bis, 348), por eso se lo considera como unos de los padres que formularon la doctrina de la Trinidad: el único Dios, precisamente por ser amor es un Dios en tres personas, que forman la unidad mas profunda que existe, la unidad divina.
En este misterio de Dios el padre es “el principio de todo y la causa del ser de lo que existe, la raíz de todos lo seres vivos” (Hom. 15, 2 de fide: PG 31, 465c) y sobre too es “el padre de nuestro señor Jesucristo “(Anaphora sancti Basilii). Remontándonos a Dios a través de las criaturas “tomamos conciencia de su bondad y de su sabiduría” (Contra Eunomium, 1, 14: PG 29, 544b). El Hijo es la “imagen de la bondad del Padre y el sello de forma igual a él” (cf. Anaphora sancti Basilio). Con su obediencia y su pasion , el Verbo encarnado realizo la mirón del redentor del hombre (cf. In Psalmum 48, 8: PG 29, 452ab; De Baptismo 1, 2: SC 357, 158).
Dedica un libro entero al Espíritu Santo nos explica admirablemente que el Espíritu santo anima la Iglesia, lo colma de dones y la hace santa, la luz esplendida del Misterio divino, se refleja en el hombre que es imagen de Dios exaltando su dignidad. Si contemplamos a Cristo entendemos la dignidad del hombre. San Basilio nos enseña “(Hombre), date cuenta de tu grandeza considerando el precio pagado por ti: mira el precio de tu rescate y comprende tu dignidad” (In Psalmum 48,8: PG 29, 452b).
San Basilio nos hace captar que el cristiano debe vivir el Evangelio, viendo en su semejante un hermano, que nosotros solo somos administradores de los talentos que Dios nos da, para los demás, por lo cual algún día responderemos ante el tribunal de Justicia Divino. El cristiano que tiene la dicha de poseer riquezas tangibles debe ser un “ejecutor de la órdenes de Dios bienhechor” (Hom. 6 de avaritia: PG 32, 1181-1196), ayudado y cooperando como miembros de un solo cuerpo (Ep. 203, 3)
Trabaja para sanar las divisiones de la Iglesia (cf. Ep y 243), procurando que todos se convirtieran a Cristo y su Palabra (cf. De iudicio 4: PG 31, 660 b-661 c), fuerza unificadora que todos creyentes deben obedecer (cf. ib. 1-3: PG 31, 653 a-656 c).
Su entrega a la Iglesia es total, ejerciendo el multiforme oficio episcopal, es apóstol y ministro de Cristo, dispensador de los misterios de Dios, heraldo del reino, modelo y norma de piedad , ojo del cuerpo de la Iglesia , pastor de la Iglesias de Cristo, medico compasivo, padre nutricio, cooperador de Dios. (cf. Moralia 80, 11-20: PG 31, 884 b-868 b).
En su vida aprendemos lo que significa ser cristianos, su programa de vida es actual, en su generosidad da el ejemplo al ponerlo en práctica , lo hace carne, con apenas cincuenta años cansado, regresa a Dios “con la esperanza de la vida eterna , por Jesucristo Nuestro Señor” (de Bautismo 1, 2, 9).
Amor:
Nos exhorta al amor verdadero, al amor ágape, cumpliendo el mandato de Dios “no mostrase mas crueles que las bestias…, apropiándose de lo que es común y poseyendo ellos solos lo que es de todos” (Hom. Tempore famis: PG 31, 325ª).
“Todos los necesitados miran nuestras manos, como nosotros miramos las de Dios cuando tenemos necesidad”.
San Gregorio Nacianceno nos recuerda que:
“Basilio nos persuadió de que, al ser hombres, no debemos despreciar a los hombre ni ultrajar a Cristo, cabeza común de todos, con nuestra inhumanidad respecto de los hombres; más bien en las desgracias ajenas debemos obtener beneficio y prestar a Dios nuestra misericordia, porque necesitamos misericordia” (Oratio 43, 63: PG 36, 580b)
Eucaristía:
Es necesaria la eucaristía ( cf. De baptimo 1, 3: SC 357, 192)
Inmensa alegría (Moralia 21, 3: PG 31, 741a)
“para conservar incesantemente el recuerdo de Aquel que murió y resucito por nosotros” (Moralia 80, 22: PG 31, 869b).
Permite vivir en gracia el bautismo
“Comulgar también cada día recibiendo también el santo cuerpo y la sangre de Cristo esa algo bueno y útil, dado que él mismo dice claramente: ‘Quien come mi cuerpo y bebe mi sangre tiene vida eterna’(Juan 6, 54). Por tanto, ¿Quien dudará de que comulgar continuamente la vida es vivir en plenitud?” (Ep. 93: PG 32, 484b).
Vida eterna (cf. Moralia 21, 1: PG 31, 737c).
Social:
San Basilio muestra interés por la flor de la juventud, sobre todo los adolescentes, les dirige un “Discurso” enfatizando la manera de sacar provecho de la cultura de la época, con prudencia y buen juicio admite que en los clásicos griegos y latinos se encuentran ejemplos de virtud, siendo útiles en la búsqueda de la verdad y en el recto vivir (cf. Ad adolescentes 3).
San Basilio invita a la juventud al discernimiento, “como las abejas saben sacar de las flores la miel, a diferenta de los demás animales, así también de estos escritos…se puede sacar provecho para el espíritu. Debemos utilizar esos libros siguiendo en todo el ejemplo e las abejas, los cuales no van indistintamente a todas las flores, y tampoco tratan de sacar todo lo que tienen las flores donde posan, sino que sólo sacan lo que les sirve para la elaboración de la miel, y dejan los demás. Así también nosotros, si somos sabios, tomaremos de esos escritos lo que se adapta a nosotros y es conforme a la verdad, y dejaremos el resto” (Ad adolescentes 4).
Recomienda que se crezca en la virtud “ Mientras que los demás bienes … pasan de uno a otro , como en el juego de los dados , sólo la virtud es un bien inalienable, y permanece durante la vida y después de la muerte” (ib., 5)
(tomado del estraxto de la monografía del Fr Stephanos, "Padres capadocios"
(+ 379)
Popularidad: gran Obispo del Siglo IV, al que mira con admiración tanto la Iglesia de Oriente como de Occidente, por su santidad, por su doctrina y por la síntesis armoniosas de sus dotes especulativas y prácticas. Los textos litúrgicos bizantinos lo definen como una “lumbrera de la Iglesia”.
Toda la antigüedad ha dado a san Basilio el titulo de “Magno”, porque en el, todas las cosas fueron grandes, su ingenio, grande su elocuencia, grande su milagro. Nació en Cesarea de Capadocia y fue hijo de san Basilio y de santa Emilia, nieto de santa Macrinia, hermano de san Gregorio Niceno de san Pedro de Sebaste y de santa Macrina la joven es una familia de santos una “verdadera Iglesia doméstica”, viviendo el clima de la fe. Aprendió las letras humanas primero en Cesarea y después en Constantinopla y en Atenas que era a la sazón madre de todas las ciencias; insatisfecho con sus éxitos terrenales, dándose cuenta de que había perdido el tiempo en lo vanal, el mismo confiesa que “Un día, como si despertase de un sueño profundo, volví mis ojos a la admirable luz del evangelio…, y lloré por mi miserable vida” (cf. Ep. 223: PG 32, 824 a). Atraído por Cristo, comenzó a mirarlo y a escucharlo solo a el (cf. (Moralia 80, 1: PG 31, 860 bc). Traba una estrecha y cordial amistad con Gregorio Nazianzeno, porque eran los dos muy parecidos no menos en el ingenio que en la virtud. Allí alcanzo fama de varón sapientísimo en todo género de letras, y las enseño con grande aplauso. Convirtió a Eubulo su maestro; y los dos fueron a Jerusalén a visitar los santos lugares y a bautizarse en el Jordán. Al tiempo que Máximo, obispo de Jerusalén, bautizaba a Basilio, bajó una llamarada de fuego del cielo y de ella salio una paloma que tocó con sus alas las aguas y luego voló a lo alto, dejando llenos de admiraron y de temor a los que estaban presentes. Ordenado de presbítero en Cesarea, se retiró por no ser compelido a aceptar la dignidad de obispo, a un desierto de Ponto, y allí vivió algunos años en compañía de san Gregorio Nazianzeno, con un género de vida tan admirable que más parecían ángeles que hombres. Se dedica a la vida monástica, en la oración, en la meditación de las Sagradas Escrituras, y de los escritos de los Padres de la Iglesia, y en el ejercicio de la caridad (cf. Ep. 2 y 22), siguiendo el dechado de su hermana Santa Macrina, que ya vivía el ascetismo monacal. En el año 370 es consagrado obispo en Cesarea de capadocia, en la actual Turquía. Más por un tiempo el emperador Valente, arriano, como furioso incendio abrasase todo el oriente y en Cesarea hiciese grandes estragos, salio santo de su yermo para oponerse a los herejes. En esta sazón murió el obispo de Cesarea; y todo el clero y pueblo aclamó por su pastor a san Basilio. En un hambre crudelísima que sucedió, vendió el santo todas sus posesiones, y predico de la limosna en los templos, plazas, calles, y casas de los ricos con que alivio aquella extremada necesidad. Edificó para los pobres un hospital tan insigne y suntuoso que se podía contar entre las maravillas del mundo, como escribe el Nazianzeno. Habiendo rogado a Dios que atajase los pasos del emperador Juliano el apóstata, que intentaba matarle y destruir toda la Iglesia de Cristo, fue aquel impío tirano muerto en la guerra de Persia: y queriendo el emperador Valente desterrar al santo, al tiempo de firmar el decreto, la silla en que estaba se quebró, la pluma no dió tinta, aunque la mudo tres veces el brazo comenzó a temblar, como si estuviera tocado de periesía. Entonces se rindió y rasgó el decreto. La penitencia de san Basilio era más admirable que imitable, y estaba tan flaco que no parecía tener más que la piel y los huesos. Finalmente después de haber gobernado santísimamente su Iglesia ocho años, obrado estupendos milagros y escrito admirables libros, murió a los cincuenta y un años de su edad.
Se destaca su vasta obra, su predicación y escritos realizo una extensa actividad pastoral y literaria, con sumo equilibrio, une el servicio a las almas y la entrega a la oración y a la meditación en la soledad. Con su experiencia funda comunidades, fraternidades de cristianos consagrados a Dios, visitándolos asiduamente. (cf san Gregorio Nacianceno, Orartio 43, 29 in laudem Basilii: PG 36, 536 b), exhortándolos a vivir la perfección. Sus escritos fueron utilizados en la vida monástica antigua, como San Benito, que consideraba a San Basilio su maestro. (cf. regula).
Lo interesante es que san Basilio crea una comunidad no cerrada en si, sino abierta a la Iglesia, sus monjes formaban parte de iglesia particular, ellos eran el núcleo animador ya que precedían en el seguimiento y adhesión a Cristo, en la fe en las obras y la caridad. Las obras las mostraban en la práctica. Los hospitales y las escuelas, los monjes su servicio en su amor fortaleciendo su testimonio y la integridad en la vida cristiana. Se extrae que la vida comunitaria en soledad pasa de Egipto y Siria, pero por este gran santo Basilio que mediante la formulación y práctica de las reglas asegura su afianzamiento en oriente frente al ascetismo libre y personal del clero, el estudio la cura de almas la renovación de la Liturgia asegura al monacato en Oriente (Asia menor).
Juan Pablo II, afirmaba que “Muchos opinan que esa institución tan importante en toda la Iglesia como es la vida monástica quedo establecida, para todos los siglos principalmente por San Basilio que, al menos la naturaleza de la misma no habría quedado tan propiamente definida sin su decisiva aportación” (Carta apostólica Patres Ecclesiae, 2: L` Ossvatore Romano, edición en lengua española, 27 de enero de 1980, p. 13).
Como obispo, se preocupa de su extensa diócesis, mostrando interés por las tristes condiciones materiales en que se encontraba su grey, e un profeta, “denuncia” los males que acaecen, su prioridad son los pobres y desamparados, , intervine ante los poderosos de la época , para apaciguar a la población, velando por la libertad de la Iglesia y la defensa del derecho de profesar la verdadera fe (san Gregorio Nacianceno, Oratio 43, 48-51 in laudem Basilii: PG 36, 557 c-561 c).
Su amor lo muestra en las obras quedando firme su testimonio, a Dios (cf San Basilio, Ep, 94: PG 32, 448 b c), crea una especie de ciudad de la misericordia llamada “Basiliades”, anticipándose a los modernos hospitales y atención al enfermo.
Reflexión: Las alabanzas que dan a san Basilio los santos doctores Gregorio Nazianzeno, Gregorio Niceno, Efrén y otros, son tantas y con tan grande encarecimiento, que ellas solas bastan para entender la estimación y veneración con que hemos de orarle e imitarle. Sigamos pues los ejemplos y doctrinas de este gran doctor de la Iglesia tan lleno de Espíritu de Dios, y andaremos seguros por el camino de nuestra eterna salud, sabiendo de cierto que agradamos a nuestro Señor, el cual para nuestra enseñanza, le hizo tan sabio y tan santo.
Oración: Suplicámoste, Señor, que oigas las oraciones que te ofrecemos en la solemne fiesta de tu bienaventurado siervo y confesor Basilio, librándolos de nuestro pecados por la intercesión y meritos del que te sirvió con tanta fidelidad. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amén.
Enseñanzas-frases:
Es conciente que la Liturgia es la cumbre de la Iglesia a la cual tiende, la actividad de la Iglesia y al mismo tiempo es la fuente de donde mana toda su fuerza, (sacrosanctum concilium, 10), su ejercicio de la caridad su vivencia de la fe, es señal del reconocerse cristiano, es también un serio reformador litúrgico (cf San Gregorio Nacianceno, Oratio 43, 34 in laudem Basilio: PG 36, 541 c) dejándonos una gran plegaria eucarística, o anáfora , llevando su nombre dando una organización fundamental en la oración y a la salmodia: gracias a él, el pueblo saborean los salmos acudiendo a rezarlos incluso a la noche (cf San Basilio , In Psalmum 1, 1-2: PG 29, 212 a-213 c).
La anáfora de la Liturgia de San Basilio evoca también Filipenses 2, 6 antes de citar a Romanos 5, 12. Así hacen la Liturgia de Gregorio Nacianzo; Teodoro de Mopsuesta en sus Homilías catequísticas y su Anáfora, etc.
Esta correspondiente Encarnación con el programa de salvación por recapitulación en Cristo, Segundo Adán, del destino de la muerte del primer Adán, es un esquema fundamental de la tradición litúrgica y dogmática de la Iglesia. En los padres este momento ya pascual del misterio de Navidad se halla ya evocado de distintas maneras. Principalmente en el argumento soteriológico, tan a menudo empleado en as disputas trinitarias y cristológicas de los siglos IV y V. Pero incluso ya antes, puesto que figura formalmente en san Ireneo, y, en germen, en san Ignacio de Antioquia.
Sana doctrina:
Con gran celo y valentía a la fe, san Basilio, se opone a los Herejes que negaban que Jesucristo es Dios como el Padre, también contra los que no aceptaban la divinidad del Espíritu Santo, defendiendo que el Espíritu Santo también es Dios y “debe ser considerado y glorificado juntamente con el Padre y el Hijo” (cf De Spiritu Sancto: SC 17 bis, 348), por eso se lo considera como unos de los padres que formularon la doctrina de la Trinidad: el único Dios, precisamente por ser amor es un Dios en tres personas, que forman la unidad mas profunda que existe, la unidad divina.
En este misterio de Dios el padre es “el principio de todo y la causa del ser de lo que existe, la raíz de todos lo seres vivos” (Hom. 15, 2 de fide: PG 31, 465c) y sobre too es “el padre de nuestro señor Jesucristo “(Anaphora sancti Basilii). Remontándonos a Dios a través de las criaturas “tomamos conciencia de su bondad y de su sabiduría” (Contra Eunomium, 1, 14: PG 29, 544b). El Hijo es la “imagen de la bondad del Padre y el sello de forma igual a él” (cf. Anaphora sancti Basilio). Con su obediencia y su pasion , el Verbo encarnado realizo la mirón del redentor del hombre (cf. In Psalmum 48, 8: PG 29, 452ab; De Baptismo 1, 2: SC 357, 158).
Dedica un libro entero al Espíritu Santo nos explica admirablemente que el Espíritu santo anima la Iglesia, lo colma de dones y la hace santa, la luz esplendida del Misterio divino, se refleja en el hombre que es imagen de Dios exaltando su dignidad. Si contemplamos a Cristo entendemos la dignidad del hombre. San Basilio nos enseña “(Hombre), date cuenta de tu grandeza considerando el precio pagado por ti: mira el precio de tu rescate y comprende tu dignidad” (In Psalmum 48,8: PG 29, 452b).
San Basilio nos hace captar que el cristiano debe vivir el Evangelio, viendo en su semejante un hermano, que nosotros solo somos administradores de los talentos que Dios nos da, para los demás, por lo cual algún día responderemos ante el tribunal de Justicia Divino. El cristiano que tiene la dicha de poseer riquezas tangibles debe ser un “ejecutor de la órdenes de Dios bienhechor” (Hom. 6 de avaritia: PG 32, 1181-1196), ayudado y cooperando como miembros de un solo cuerpo (Ep. 203, 3)
Trabaja para sanar las divisiones de la Iglesia (cf. Ep y 243), procurando que todos se convirtieran a Cristo y su Palabra (cf. De iudicio 4: PG 31, 660 b-661 c), fuerza unificadora que todos creyentes deben obedecer (cf. ib. 1-3: PG 31, 653 a-656 c).
Su entrega a la Iglesia es total, ejerciendo el multiforme oficio episcopal, es apóstol y ministro de Cristo, dispensador de los misterios de Dios, heraldo del reino, modelo y norma de piedad , ojo del cuerpo de la Iglesia , pastor de la Iglesias de Cristo, medico compasivo, padre nutricio, cooperador de Dios. (cf. Moralia 80, 11-20: PG 31, 884 b-868 b).
En su vida aprendemos lo que significa ser cristianos, su programa de vida es actual, en su generosidad da el ejemplo al ponerlo en práctica , lo hace carne, con apenas cincuenta años cansado, regresa a Dios “con la esperanza de la vida eterna , por Jesucristo Nuestro Señor” (de Bautismo 1, 2, 9).
Amor:
Nos exhorta al amor verdadero, al amor ágape, cumpliendo el mandato de Dios “no mostrase mas crueles que las bestias…, apropiándose de lo que es común y poseyendo ellos solos lo que es de todos” (Hom. Tempore famis: PG 31, 325ª).
“Todos los necesitados miran nuestras manos, como nosotros miramos las de Dios cuando tenemos necesidad”.
San Gregorio Nacianceno nos recuerda que:
“Basilio nos persuadió de que, al ser hombres, no debemos despreciar a los hombre ni ultrajar a Cristo, cabeza común de todos, con nuestra inhumanidad respecto de los hombres; más bien en las desgracias ajenas debemos obtener beneficio y prestar a Dios nuestra misericordia, porque necesitamos misericordia” (Oratio 43, 63: PG 36, 580b)
Eucaristía:
Es necesaria la eucaristía ( cf. De baptimo 1, 3: SC 357, 192)
Inmensa alegría (Moralia 21, 3: PG 31, 741a)
“para conservar incesantemente el recuerdo de Aquel que murió y resucito por nosotros” (Moralia 80, 22: PG 31, 869b).
Permite vivir en gracia el bautismo
“Comulgar también cada día recibiendo también el santo cuerpo y la sangre de Cristo esa algo bueno y útil, dado que él mismo dice claramente: ‘Quien come mi cuerpo y bebe mi sangre tiene vida eterna’(Juan 6, 54). Por tanto, ¿Quien dudará de que comulgar continuamente la vida es vivir en plenitud?” (Ep. 93: PG 32, 484b).
Vida eterna (cf. Moralia 21, 1: PG 31, 737c).
Social:
San Basilio muestra interés por la flor de la juventud, sobre todo los adolescentes, les dirige un “Discurso” enfatizando la manera de sacar provecho de la cultura de la época, con prudencia y buen juicio admite que en los clásicos griegos y latinos se encuentran ejemplos de virtud, siendo útiles en la búsqueda de la verdad y en el recto vivir (cf. Ad adolescentes 3).
San Basilio invita a la juventud al discernimiento, “como las abejas saben sacar de las flores la miel, a diferenta de los demás animales, así también de estos escritos…se puede sacar provecho para el espíritu. Debemos utilizar esos libros siguiendo en todo el ejemplo e las abejas, los cuales no van indistintamente a todas las flores, y tampoco tratan de sacar todo lo que tienen las flores donde posan, sino que sólo sacan lo que les sirve para la elaboración de la miel, y dejan los demás. Así también nosotros, si somos sabios, tomaremos de esos escritos lo que se adapta a nosotros y es conforme a la verdad, y dejaremos el resto” (Ad adolescentes 4).
Recomienda que se crezca en la virtud “ Mientras que los demás bienes … pasan de uno a otro , como en el juego de los dados , sólo la virtud es un bien inalienable, y permanece durante la vida y después de la muerte” (ib., 5)
(tomado del estraxto de la monografía del Fr Stephanos, "Padres capadocios"
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