San José, esposo de la Virgen María.

San José, el prometido

San José, el santo silencioso.

San José, el justo.

Día 19 de marzo, San José esposo de la madre de Dios.
El santo silencioso.
(Con obras llenas de prudencia, carpintero modelo de trabajador, 1º de mayo, vive castidad perfectísima). 08/ 12/ 1860
En 1621 solemnidad de san José el 19 de marzo.
El glorioso y bienaventurado patriarca san José fue, como nos dice el sagrado Evangelio, de la tribu real de Judá y de la casa y familia real de David, y su padre dice san Mateo que fue Jacob, y san Lucas que fué Helí, porque como interpreta san Agustín, el que fue padre natural, de san José y el otro padre legal o adoptivo: También dice el Evangelio que cuando se desposó con la Virgen, era varón y hombre ya maduro y robusto, que ni es mozo ni viejo, para que entendamos que era de mediana edad y suficiente fuerte para los trabajos que había de pasar en servicio de la virgen María y su divino Hijo. Tuvo por nombre José que quiere decir “aumento”, porque fue acrecentado por los dones de Dios y colmado de todas las virtudes y excelencias, que a su altísima dignidad convenían, por la cual es al evangelio se llama varón justo, porque no había en el mundo varón más perfecto y santo que él. Fue este santísimo varón, esposo y verdadero marido de la siempre Doncella virgen María y padre putativo y legal de nuestro señor Jesucristo, a quien su majestad escogió para que guardase aquel graciosísimo templo de Dios, aquel Sagrario del Espíritu Santo, aquella preciosísima Recámara de la santísima Trinidad, para que acompañase aquella soberana Señora de los cielos y de la tierra a quien sirven los ángeles, para que fuese depositado de aquel Verbo encarnado, en quien están escondidos todos los tesoros de la sabiduría y ciencia de Dios y conversase con un Dios humanado, y con un niño Dios, y le rase y le regalase con amor de padre. La gloria de san José estriba en haber sido esposo e la santísima Virgen y padre putativo de del niño Jesús. Es la sombra del Padre Eterno, el evangelio con sobriedad suprema le llama varón justo“. Su misión consistió en proteger el nacimiento e infancia del Jesucristo y velar por el honor y prestigio de su made. Después desaparece calladamente como ha vivido. Su culto se propaga tardíamente en la liturgia, pero en los últimos tiempos ha adquirido extraordinario desarrollo. Pío IX lo declaro patrono de la Iglesia universal. León XIII, exaltó su figura y propago su devoción, siendo ahora su culto uno de los mas populares. Finalmente el Papa Pío XII, en 1955, estableció la fiesta san José Obrero, proporcionándolo como modelo a los trabajadores. Quiso el Señor que san José fuere de humilde condición, y carpintero de Nazareth cuyos vecinos eran en gran parte labradores, de los cuales armaba y componía los instrumentos de labranza, queriendo escoger además la madre pobre y la patria pobre el padre legal pobre, para que no hubiese cosa de lustre y resplandor que pudiese convertir los corazones y la santa fe sino que se entendiese que su divinidad , era la que había convertido y transformado el mundo. Los años que vivió san José no lo dice la Sagrada Escritura, no el tiempo en que murió
Reflexión: Estamos en una época de consumismo, estamos amparados por Jesús y su santísima Madre , la fe no hace ganar en lo económico , pero nos enseña la sencillez simple y no dramática como en san José no tuvo conflictos internos y se mantuvo humilde, no quiso ser rico, no pidió nada. Es patrono de la Iglesia Universal, ya la Iglesia en esa época pasaba por situaciones difíciles, san José es imagen y figura, lo conocemos poco, no dejo palabra escrita, pero aprendemos de él, trabajaba hacia lo suyo, mantener a su familia, con dignidad trabajo por su familia como por el hijo a semejanza Dios. Nos enseña también a respetar nuestra dignidad, a mirar a nuestros jóvenes a nuestras familias. La familia se acompaña y protegida forma en el en el orden de la Iglesia, mirar a la sagrada famita en el silencio
Hay medios fugaces como las estrellas, José es obediente y paciente, probado en todo sentido, en la palabra de Dios y escuchar, ir a la palabra de Dios, nos ilumina por donde transitar y la eucaristía que alimenta.
Solo Jesucristo sin el nada
Santa teresa de Ávila se encomendaba a San José y nos persuade a ser devotos por los bienes de Dios. "Querría yo persuadir a todos que fuesen devotos de este glorioso santo, por la gran experiencia que tengo de los bienes que alcanza de Dios. No he conocido a nadie que le tenga verdadera devoción y le haga particulares servicios, que no lo vea más aprovechado en la virtud; pues ayuda mucho a las almas que a él se encomiendan (V 6, 7)."