March 25 / April 7. THE ANNUNCIATION OF OUR MOST HOLY LADY, THE THEOTOKOS AND EVER-VIRGIN MARY. New-Martyr Tikhon, Patriarch of
25 de marzo
El sacrosanto misterio de este día nos lo refiere el evangelista san Lucas por estas palabras hallábase ya Elizabeth en el sexto mes embarazo, cuando el ángel Gabriel, fue enviado por Dios a Nazareth, ciudad de Galilea, a una Doncella desposada con un varón de la descendencia de David llamado José. El nombre de la virgen era María. Habiendo entrado el ángel a donde ella estaba, le dijo: “Dios te salve, llena de gracia; el Señor es contigo, bendita tu eres entre todas las mujeres.” Túrbose la virgen al oír estas palabra, y pensaba que podía significar tal salutación. Más el ángel le dijo: “Oh Maria no temas porque has hallado gracia en los ojos de Dios: he aquí que en su seno concebirás, y parirás un hijo, le llamaras con el nombre de Jesús Este hijo será grande e hijo del Altísimo, y dará el Señor el trono de David, su padre, y reinara para siempre en la casa de Jacob y su reinado no tendrá fin.”. Entonces María preguntó al Ángel: ¿cómo será esto, porque no conozco varón?” Respondió el ángel y le dijo: “El Espíritu Santo sobrevendrá en ti y la virtud del Altísimo se hará sombra, por el cual el fruto santo que de ti ha de nacer será hijo de Dios. Ahora tienes a tu prima Elizabeth, lo cual en su vejez: porque para Dios no hay cosa imposible.”Dijo entonces María: “He aquí la esclava del Señor; sea hecho en mi según tu palabra.” Y desapareciendo el ángel se retiró de su presencia.” (San Lucas I. 23-38)
Reflexión: Con sublime sencillez refiere el santo evangelio la más divina de todas las palabras de Dios: la encarnación del Verbo eterno. El arcángel Gabriel anuncia a la virgen que ha sido escogida para ser madre de Dios (Theotokos); la doncella deja hacerlo sin dejar de ser virgen; y después de haber oído que habrá de concebir, no por obra de varón, sino por la virtud del Espíritu Santo, se encoge con profunda humildad y se llama esclava del Señor; y el Señor la levanta a la altísima gloria de la maternidad divina. Así se obró el mayor prodigio de la omnipotencia del Padre, el mayor portento de la sabiduría del Hijo y la mayor maravilla del amor del Espíritu Santo. La inmensa grandeza de este misterio, la llaneza incomparable de sus circunstancias, y el sublime candor del relato evangélico, todo es divino y digno de Aquel que con un acto de su voluntad, sacó de la nada el universo y expresó su divina operación con la palabra fiat, hágase. Todo ha de ser, pues, materia de nuestra más profunda y constante meditación: la humildad del Altísimo anonadado en la purísimas entrañas de
Oración: Señor Dios, que quisiste que en las purísimas entrañas de la gloriosa virgen María se encarnase el Verbo eterno, anunciando el ángel tan divino misterio; concédenos por los ruegos de esta gloriosa Virgen, que los que verdaderamente creemos que es madre de Dios, seamos favorecidos con su intercesión en ti divino acatamiento. Por Jesucristo, nuestro Señor. Amíñ.
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