Los árboles de justicia (II Parte)
El sínodo.
por Stephanos (colaborador)
Colegialidad, lo domestico destaca a este sínodo en la realización de objetivos comunes, la colegialidad se describe como afectiva y efectiva a la luz del Espíritu Santo. Son verdaderos sacerdotes consagrados con una sucesión apostólica irreprochable, donde el manto de la piedad esta al servio del pobre.
La pastoral se ve como un amor de entrega en la misión especifica de cada uno. Los obispos trazan una acción para dar a conocer a la Iglesia en las diferentes provincias de la Republica Argentina. S. E. Rev. Dr. Rómulo Braschi posee, misiones en Europa, África en Alemania, y en las provincias de la República Argentina con fieles que manifiestan hambre y sed de justicia. Los aportes del Su Ilustrísima el Rev Padre Lic. Diego Luengo no pasa desapercibidos, porque se basan en la mentalidad apostólica, común en los primeros siglos.
La idea de acercar a la gente para que aprenda y se afianza en la fe que es el futuro, que el Dios de salvación esta aquí en los sacramentos, cuando celebra el Arcipreste Arcadio, “contagia” la fe de la alegría del servicio.
Recordando ¿qué son los árboles de justicia? Es “la plantación del Señor para manifestar su gloria”, reconstructores, reconocidos como linaje bendito por Dios. Dar a conocer la resurrección, lo que hemos escuchado en las lecturas bíblicas en los santos Padres, que Cristo a resucitado, primicia de la humanidad regenerada, regeneradora, y nueva, dando la génesis del anuncio del pregón al pueblo de los pobres, aunque se abren de corazón y siguen convirtiéndose en servidores, notemos por favor que el ser Obispo no es una honra sino un servicio donde se desarrolla la verdadera libertad, de los hijos de Dios.
Esto es una hermenéutica existencial, que comprende el ser cristiano, aprendiendo la dinámica de esta entrega desinteresada de nuestros obispos, no solo en la realización de La Divina Liturgia sino en el amor oblativo de principio que es posible en el servicio.
San Gregorio Nacianceno muy claramente nos enseña la posición del cristiano ante Dios, “Se benigno tu que estas mas allá de todo,” aprendemos a ver el rostro de Dios en el pobre, enfermo y desamparado, en el que tiene frío, hambre y sueño. Captamos que nuestros teólogos como doctores, ahora la teología que reza no se basan en lúgubres especulaciones académicas sino en una vida de oración y de santidad, en el diálogo constante con Dios: ¿Señor que quieres que haga?”. En este clima se realiza el sínodo de obispos, imitando y mostrando en el misterio trinitario la contemplación de Dios , en el verdadero asombro de Dios, de piedad y altruísmo.
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