San
Juan Crisóstomo forma parte de “los padres
de la iglesia “, configura la teología y espiritualidad oriental, nació en el
imperio bizantino. Arzobispo, de modo
obligado de Bizancio, el orador más elocuente de todos los Padres de la
Iglesia, nació en el año 344 y murió en el 407. Gobernaba muy bien a su
diócesis, los que están en el poder no se atrevían a contradecirlo, y
catequizaba al pueblo. Muere en el destierro, por haber dado un sermón en
contra de la emperatriz Eudoxia, y haber predicado contra unos juegos impuros,
muere en las afueras Armenia, de Arabisa, y en el desierto de Pitias, se coloca
su manto blanco y recibe la santa
comunión. Sus obras principales son: “Comparación de un rey y un monje”,”Libro
de la Virginidad”, “Tratado de la Providencia.”
San Juan
llamado por su elocuencia, el Crisóstomo (boca de oro) nació de padre ilustre en Antioquia. Aprendió
las ciencias humanas nuevas en Atenas, y
la sabiduría divina en el retiro monacal,
y en el encerramientote una cueva, donde por espacio de dos años,
hizo penitencia muy rigurosa. Ordenóse sacerdote, en
Antioquia, y cuando el obispo Flaviano,
imponía las manos sobre él, vióse una paloma blanca, que volando vino a posar
sobre él. Encomendáronle el ministerio de la divina palabra, y fue tal
asombrosa la virtud de su predicación, que en breve se reformo aquella populosa
ciudad. En esto quedó vacante la silla de Constantinopla y todos pusieron su
mirada en Juan Crisóstomo. Comprendiendo
el emperador Arcadio que Crisóstomo se disponía a huir, ordena al gobernador de
Antioquia que lo trajera a la fuerza y
que lo llevara directamente a Constantinopla. Fue consagrado obispo y
patriarca, sin embargo la semblante de la corte cambia porque Crisóstomo es
honesto, recorre los pueblos de Fenicia, Escitas, y los Celtas combate a los
Eunomianos, Arriano, Montanistas, extendiéndose su episcopado a las tierra de
Tracia, del Asia y del Ponto, que eran veintiocho provincias eclesiásticas.
Reflexión: El Señor
eligió desee el vientre materno a este siervo humilde servidor del evangelio,
nos deja una carta “si estáis
encarcelados, encadenados, y encerrados por no consentir a la maldad alegraos y regocijaos, y coronaos de fiesta ,
pues por ellos tendréis copioso galardón del Señor que también nosotros estamos
consumidos y hemos pasado numeroso géneros, de muertes , y mayores miserias de
los que trabajan en las minas y están detenidos en las cárceles, Llegando a
Cesarea he tenido por gran regalo el beber un poco de agua limpia y comer un
pedazo de pan que no fuese duro ni oliese mal”.
Oración: Suplicámoste,
Señor, que la gracia celestial dilate cada día mas la santa iglesia, que te
dignaste ilustrar con los gloriosos merecimientos y con la doctrina del
bienaventurado Juan Crisóstomo, tu confesor y pontífice Por Jesucristo, nuestro Señor Amíñ.
Lectura: De
las homilías de san Juan Crisóstomo:
(Homilía
antes de partir al exilio, 1-3: PG 52, 427-430)
Para
mí la vida es Cristo:
Muchas son
las olas que nos ponen en peligro, y una gran tempestad nos amenaza; sin
embargo no tememos ser sumergidos porque permanecemos de pié sobre la roca. Aun
cuando el mar se desate, no romperá esta roca, aunque se levanten las olas,
nada podrán contra la barca de Jesús. Decidme, ¿qué podemos temer? ¿La muerte? Para mi la vida es Cristo y la muerte una ganancia. ¿El destierro? Del
Señor es la tierra y cuanto la llena. ¿La confiscación de los bienes? Nada
trajimos al mundo; de modo que nada podemos llevarnos de él. Yo me río de todo
lo que es también de este mundo y de sus bienes. No temo la muerte ni envidio
las riquezas. No tengo deseos de vivir, sino es para vuestro bien espiritual.
Por eso os hablo de lo que sucede ahora exhortando vuestra caridad a la confianza.
¿No ha oído
aquella palabra del Señor? : Donde dos o tres estén reunidos en mi nombre, allí
estoy yo en medio de ellos ¿y allí donde un pueblo numerosos esta reunido por
as lazos de la caridad ¿no estará presente el Señor? el me ha garantizado su
protección , no es en mis fuerzas que me apoyo. Tengo en mis manos su palabra
escrita. Éste es mi báculo, ésta es mi seguridad, éste es mi puerto tranquilo.
Aunque se turbe el mundo entero, yo leo esta palabra escrita que llevo conmigo,
porque ella es mi muro, y mi defensa. ¿Qué es lo que ella me dice? Yo estaré siempre con vosotros hasta el fin
del mundo.
Cristo esta
conmigo, ¡que puedo temer? Que vengan a asaltarme las olas del mar y la ira de
los poderosos; todo eso no pesa mas que una tela de araña. Si no me hubiera
retenido el amor que os tengo, no hubiese esperado hasta mañana para marcharme,
En toda ocasión yo digo: “Señor, hágase tu voluntad: no lo que quiere éste o
aquél, sino lo que tu quieres que haga.” Este es mi alcázar, este es mi roca
inmovible, esta es mi báculo seguro. Si esto es lo que quiere Dios, que así se
haga. Si quiere que me quede aquí, le doy gracias. En cualquier lugar donde me
mande, le doy gracias también.
Además donde
yo esté estaréis también vosotros, donde estéis vosotros estaré también yo:
formamos todos un solo cuerpo, y el cuerpo no puede separarse de la cabeza, ni
la cabeza del cuerpo. Aunque estemos separados en cuanto al lugar, permanecemos
unidos por la caridad, y ni la misma muerte será capaz de desunirnos. Porque, aunque
muera mi cuerpo, mi espíritu vivirá y no echará en olvido a su pueblo.
Vosotros sois
mis conciudadanos, mis padres, mis hermanos, mis hijos, mis miembros, mi
cuerpo, y mi luz, una luz más agradable que esta luz material. Porque, para mi
ninguna luz es mejor que la de nuestra caridad. La luz material me es
útil en la vida presente, pero vuestra caridad es la que va preparando mi corona para el futuro.
2 Tim 2. 9-10; Sal
26, 1
Responsorio.
R Por la difusión de
Evangelio, sufro hasta ser encadenado como un malhechor , pero la palabra de
Dios no esta encadenada; por eso todo lo soporto por los elegidos.
v. El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quien
temeré?
R. Por eso todo lo soporto
por los elegidos.
Laudes
Oración e la mañana.
Himno sacro
los ángeles te cantan.
Príncipe
augusto y celestial doctor;
al cielo se
une nuestro ardiente canto.
Himno de
amor.
De tu áurea
boca la palabra fluye
En tranquilo
o rugiente manantial que al vicio azota y la virtud irriga,
siembra la
paz.
Egregio
apóstol, émulo de Pablo,
Hecho todo a
todos por amor;
Irradia en
todos tu virtud y ejemplo
Paz y fulgor
No te doblega
el mudo ni el imperio,
Con tu fuerza, su gloria o esplendor;
Te da el
exilo palma de victoria,
mártir de
Dios.
El murmullo melifluo de tus ruegos
Nos eleve
hasta el trono del Señor
Contigo
cantaremos sus grandezas
Himnos a
Dios. Amén.