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martes, 19 de noviembre de 2013

El gozo del Espíritu Santo



 Lo mas simple, lo vemos en las obras de Dios

   El Espíritu Santo, se manifiesta por nuestro proceder, lo vemos en la creación que a gritos pide que hagamos la voluntad de Dios
El gozo del Espíritu Santo      
Fr Estephanos
¿Que es el gozo? por gozo se discierne primeramente que es mas que una emoción, o sentimiento pasajero, es mucho mas que un entusiasmo, no se lo confunde con el placer efímero, ni con lo físico banal, que esta ahora y después  desaparece, la flor se marchita, el agua se seca, pero el árbol frondozo se mantiene fuerte porque sus raíces  recibe el agua de vida y su savia enriquece al cuerpo. El gozo da fuerza para soportar los escarnios de la vida, recordemos al Santo Cuadrato, su defensa de la fe en Jesús y a pesar de las torturas recibidas por su verdugo Jason,  da ánimo a sus campañeros a no claudicar de la fe y mantener el animo hasta que  derramaron la sangre con alegría, previa oración siempre en la sencillez de dar lo mejor al Señor, al padre fundador de la vida cenobítica san Pacomio,  por un esfuerzo de hacer siempre la voluntad de Dios con reglas y direcciones que nos acercan a la obediencia siempre desde la caridad. El gozo es el fruto  que anima a San Pablo, a San Pedro, a  San Andrés  el primero, a las damas que vieron al Señor en la resurrección, a santa Cristina  apegada al Señor. El gozo es indispensable para mirar con la frente alta a la vida, no mirando al cielo con la mirada perdida, lo que significa es ser alerta en saber que la gracia de Dios, solo basta, como el calor, la frescura del don, regalo de lo inmerecido  que Dios nos da por amor, es el gozo como parte integrante de la visión intuitiva de Dios, porque lo vemos con la fe basada en lo verdadero, lo sobrenatural, en el camino del peregrino que transita por un camino estando seguro y certero de la distancia, sabiendo que va a encontrar la ciudad y su herencia, esto es firmeza, seguridad, certeza, en otras palabras fe. Como afirma san Agustín, los creyentes «se fortalecen creyendo»[1].  El gozo forma parte de las bienaventuranzas, de la alegría de servir al Señor, que es lo único que importa en la vida, porque llena el espacio interior del corazón, sino más bien que el Espíritu de Dios vaya tomando posesión del individuo. El gozo completo se alcanza en la visión de Dios, que es la saciedad completa y que recibiremos. No hay satisfacción para el espíritu del hombre que no sea Dios. Es la satisfacción del perpetuo crecimiento en unión con Dios, donde la muerte, el dolor y el llanto no existirán más. Damos gracias a Dios, pedimos que rompa la cáscara que nos envuelve de prejuicios y egoísmo, que busquemos el Reino y su justicia, que sepamos que solo  buscamos el bien por el bien mismo, agradando a Dios. Solicitamos al Señor que fortalezca nuestra perspectiva para cultivar el gozo rico del Espíritu Santo. Amíñ.

Oración:
Oh Dios,  ayúdame a hacer Tu voluntad.
Fortalece mi entendimiento y voluntad,
para hacer lo que tu me pides,
Que discierna que es lo bueno siempre en la mirada de Cristo.
Amíñ




[1] De utilitate credendi, 1, 2.

El Reino-La Divina Liturgia, anticipo de lo celestial


La Divina Liturgia, anticipo de lo celestial 

El Reino
Fr Estephanos
La mentalidad del cristiano oriental,  se impronta  en una espiritualidad ortodoxa del Reino, buscando el ámbito de lo eterno y lo mejor es la Divina Liturgia. Es incongruente una espiritualidad sin la Liturgia. No olvidamos las realidades eternas, por la iniciativa de los monjes que son la salud de la Iglesia en defensa y pureza de la fe,  con su vida y testimonio, enseñan a no depender de las realidades efímeras y finitas, sino ir tras lo eterno, cooperando en el espíritu filokalico: la verdadera belleza. Lo armonioso y auténtico no es por nosotros sino que es dejarse moldear por  el gran alfarero, cambio importantísima para una comunión-intimidad y amor con el Dios trinitario, intimidad, como muy bien acierta en palabras de …la transformación es interior y como consecuencia afecta al exterior, salvando a los demás. Se busca la vivencia en la fe, sin excluir lo académico, en contacto con Jesucristo que nos muestra a Dios que nos conduce al amor del Padre en el Espíritu Santo  pero siempre  Abandonar lo mundano, apartarse de lo ostentoso, y lleva una vida de virtud, se une a la chispa del alma que no toca el tiempo y el espacio, solo estará feliz en Dios en el despojo absoluto, en su desnudez abrazando la cruz, al cobijo de su sombra como escalera que conduce al cielo. El cambio se da en la dimensión espiritual en el lado espiritual de nuestro ser, nuestra alma es la sede de nuestra conciencia. Cuando nuestros cuerpos mueren, nuestras almas son separadas de nuestros cuerpos y continúan en un estado de conciencia. La obra que Cristo hizo al resucitar de entre los muertos garantizó que nosotros también tuviéramos una nueva vida espiritual cuando venimos a la fe en él, y que en el futuro recibiremos nuestros propios cuerpos resucitados y glorificados, tal como él. En este sentido, su exaltación es también nuestra exaltación, trayéndonos dignidad, gloria y honor.
Al morir, Jesús es puesto más allá del poder del pecado. No se puede tentar a un hombre muerto. Él es puesto más allá de los poderes de la muerte y demoniacos. Pero Jesús muere por el pecado, siendo el pecado el socio de la muerte. El pecado permite que Jesús se enfrente a la muerte, y al encontrarse con ésta, Jesús conquista la muerte en el sacrificio. Y las implicaciones de esto a favor de todos  son estupendas. Entonces, en el libro de Revelación  capítulo 1 versículo 18, Jesús el glorioso Cristo resucitado declara, “soy el que vive. Estuve muerto, pero ahora vivo por los siglos de los siglos, y tengo las llaves de la muerte y del infierno”. Él usó esas llaves para liberarse a sí mismo, pero todavía las retiene porque un día él las usará para liberar a su pueblo de la esclavitud del llanto, del dolor y de la muerte.

[Por el Archidíacono  Dr Aroldo Baasil]

San Juan Crisóstomo




San Juan Crisóstomo forma parte de “los padres de la iglesia “, configura la teología y espiritualidad oriental, nació en el imperio bizantino. Arzobispo, de modo  obligado de Bizancio, el orador más elocuente de todos los Padres de la Iglesia, nació en el año 344 y murió en el 407. Gobernaba muy bien a su diócesis, los que están en el poder no se atrevían a contradecirlo, y catequizaba al pueblo. Muere en el destierro, por haber dado un sermón en contra de la emperatriz Eudoxia, y haber predicado contra unos juegos impuros, muere en las afueras Armenia, de Arabisa, y en el desierto de Pitias, se coloca su manto blanco y  recibe la santa comunión. Sus obras principales son: “Comparación de un rey y un monje”,”Libro de la Virginidad”, “Tratado de la Providencia.”
San Juan llamado por su elocuencia, el Crisóstomo (boca de oro) nació  de padre ilustre en Antioquia. Aprendió las  ciencias humanas nuevas en Atenas, y la sabiduría divina en el retiro monacal,  y en el encerramientote una cueva, donde por espacio de dos años, hizo  penitencia  muy rigurosa. Ordenóse sacerdote, en Antioquia,  y cuando el obispo Flaviano, imponía las manos sobre él, vióse una paloma blanca, que volando vino a posar sobre él. Encomendáronle el ministerio de la divina palabra, y fue tal asombrosa la virtud de su predicación, que en breve se reformo aquella populosa ciudad. En esto quedó vacante la silla de Constantinopla y todos pusieron su mirada en Juan Crisóstomo.  Comprendiendo el emperador Arcadio que Crisóstomo se disponía a huir, ordena al gobernador de Antioquia que lo trajera  a la fuerza y que lo llevara directamente a Constantinopla. Fue consagrado obispo y patriarca, sin embargo la semblante de la corte cambia porque Crisóstomo es honesto, recorre los pueblos de Fenicia, Escitas, y los Celtas combate a los Eunomianos, Arriano, Montanistas, extendiéndose su episcopado a las tierra de Tracia, del Asia y del Ponto, que eran veintiocho provincias eclesiásticas.
Reflexión: El Señor eligió desee el vientre materno a este siervo humilde servidor del evangelio, nos deja una carta “si estáis encarcelados, encadenados, y encerrados por no consentir a la maldad  alegraos y regocijaos, y coronaos de fiesta , pues por ellos tendréis copioso galardón del Señor que también nosotros estamos consumidos y hemos pasado numeroso géneros, de muertes , y mayores miserias de los que trabajan en las minas y están detenidos en las cárceles, Llegando a Cesarea he tenido por gran regalo el beber un poco de agua limpia y comer un pedazo de pan que no fuese duro ni oliese mal”.
Oración: Suplicámoste, Señor, que la gracia celestial dilate cada día mas la santa iglesia, que te dignaste ilustrar con los gloriosos merecimientos y con la doctrina del bienaventurado Juan Crisóstomo, tu confesor y pontífice  Por Jesucristo, nuestro Señor Amíñ.
Lectura: De las homilías de san Juan Crisóstomo:
(Homilía antes de partir al exilio, 1-3: PG 52, 427-430)
Para mí la vida es Cristo:
Muchas son las olas que nos ponen en peligro, y una gran tempestad nos amenaza; sin embargo no tememos ser sumergidos porque permanecemos de pié sobre la roca. Aun cuando el mar se desate, no romperá esta roca, aunque se levanten las olas, nada podrán contra la barca de Jesús. Decidme, ¿qué podemos temer? ¿La muerte? Para mi la vida es Cristo y la muerte una ganancia. ¿El destierro? Del Señor es la tierra y cuanto la llena. ¿La confiscación de los bienes? Nada trajimos al mundo; de modo que nada podemos llevarnos de él. Yo me río de todo lo que es también de este mundo y de sus bienes. No temo la muerte ni envidio las riquezas. No tengo deseos de vivir, sino es para vuestro bien espiritual. Por eso os hablo de lo que sucede ahora exhortando vuestra caridad a la confianza.
¿No ha oído aquella palabra del Señor? : Donde dos o tres estén reunidos en mi nombre, allí estoy yo en medio de ellos ¿y allí donde un pueblo numerosos esta reunido por as lazos de la caridad ¿no estará presente el Señor? el me ha garantizado su protección , no es en mis fuerzas que me apoyo. Tengo en mis manos su palabra escrita. Éste es mi báculo, ésta es mi seguridad, éste es mi puerto tranquilo. Aunque se turbe el mundo entero, yo leo esta palabra escrita que llevo conmigo, porque ella es mi muro, y mi defensa. ¿Qué es lo que ella me dice?  Yo estaré siempre con vosotros hasta el fin del mundo.
Cristo esta conmigo, ¡que puedo temer? Que vengan a asaltarme las olas del mar y la ira de los poderosos; todo eso no pesa mas que una tela de araña. Si no me hubiera retenido el amor que os tengo, no hubiese esperado hasta mañana para marcharme, En toda ocasión yo digo: “Señor, hágase tu voluntad: no lo que quiere éste o aquél, sino lo que tu quieres que haga.” Este es mi alcázar, este es mi roca inmovible, esta es mi báculo seguro. Si esto es lo que quiere Dios, que así se haga. Si quiere que me quede aquí, le doy gracias. En cualquier lugar donde me mande, le doy gracias también.
Además donde yo esté estaréis también vosotros, donde estéis vosotros estaré también yo: formamos todos un solo cuerpo, y el cuerpo no puede separarse de la cabeza, ni la cabeza del cuerpo. Aunque estemos separados en cuanto al lugar, permanecemos unidos por la caridad, y ni la misma muerte será capaz de desunirnos. Porque, aunque muera mi cuerpo, mi espíritu vivirá y no echará en olvido a su pueblo.
Vosotros sois mis conciudadanos, mis padres, mis hermanos, mis hijos, mis miembros, mi cuerpo, y mi luz, una luz más agradable que esta luz material. Porque,  para mi  ninguna luz es mejor que la de nuestra caridad. La luz material me es útil en la vida presente, pero vuestra caridad es la que  va preparando mi corona para el futuro.
                                                                                                              2 Tim 2. 9-10; Sal 26, 1
Responsorio.
R Por la difusión de Evangelio, sufro hasta ser encadenado como un malhechor , pero la palabra de Dios no esta encadenada; por eso todo lo soporto por los elegidos.
v.  El Señor es mi luz y mi salvación, ¿a quien temeré?
R. Por eso todo lo soporto por los elegidos.
Laudes
Oración e la mañana.

Himno sacro los ángeles te cantan.
Príncipe augusto y celestial doctor;
al cielo se une nuestro ardiente canto.
Himno de amor.
De tu áurea boca la palabra fluye
En tranquilo o rugiente manantial que al vicio azota y la virtud irriga,
siembra la paz.
Egregio apóstol, émulo de Pablo,
Hecho todo a todos por amor;
Irradia en todos tu virtud y ejemplo
Paz y fulgor

No te doblega el mudo ni el imperio,
 Con tu fuerza, su gloria o esplendor;
Te da el exilo palma de victoria,
mártir de Dios.
 El murmullo melifluo de tus ruegos
Nos eleve hasta el trono del Señor
Contigo cantaremos sus grandezas

Himnos a Dios. Amén.